Mi pareja no quiere ir a la iglesia. ¿Qué hago?

El hecho de que el esposo o la esposa no quiera ir a la iglesia es un motivo de mortificación. Cuando creemos y amamos a Jesús, debemos imitar su ejemplo en todos los sentidos y, uno de los requisitos que tenemos para seguirle, amarle y aprender de Él, es el asistir a la iglesia.

Pero, ¿qué hacer cuando nuestro cónyuge se resiste a acompañarnos a la iglesia?

Gracias a Dios, en la Biblia podemos encontrar las instrucciones al respecto. La Biblia lo dice bien claro: «La mujer sabia edifica su casa». Tanto el hombre como la mujer deben ser sabios.

Sin embargo, cuando predicamos o hablamos de la palabra de Dios debemos hacerlo con el ejemplo, es decir, debemos poner especial cuidado en la forma en que nos conducimos o nos comportamos, ya que las palabras por si solas no significan nada.

Además, sabemos que la mujer debe estar sujeta a su marido; es de esta forma que los hombres que no creen en la palabra de Dios se irán acercando a Él por medio de su esposa o viceversa. Ya sea el hombre o la mujer que no quiera asistir a la iglesia empezará a notar la manera casta y respetuosa de su pareja. Es de esta forma que el amor a Dios irá creciendo en nuestro cónyuge a través de ti. Llegará el momento en el que quedará prendado de la vida cristiana que llevas y pedirá acompañarte a la iglesia.

Lo que usted no debe hacer cuando su pareja no quiera ir a la iglesia es:

– Pelear, advertir, amenazar, decirle cosas hirientes; poner en duda su entendimiento de las cosas del Señor.

– En el caso concreto de que sea el hombre que no desee asistir a la iglesia, la mujer debe prepararle sus alimentos normalmente, muchas mujeres al estar disgustadas se marchan y dejan de hacer sus deberes. Esta escena lo que hace es encender más las llamas del enojo y le servirá de excusa a su esposo para que nunca la quiera acompañar.

– No se marche sin saber donde está su esposo o sus hijos.

– Cuando usted regrese, regrese rebosante de paz y alegría de haber compartido momentos con el creador, que su pareja sienta que en el lugar que usted estaba, la estaba pasando bien y que él/ella se lo perdió.

Dios nos creo para ser complemento el uno del otro. En las manos de Dios, somos sus instrumentos de cambio. Ora mucho por tu pareja para que el señor le muestre sus caminos. Tus oraciones no deben faltar nunca, ora sin cesar y verás como Dios transforma a tu ser querido en alguien que no querrá nunca apartarse de Él.

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