Amado Señor, en este momento vamos a tomar nuestra hora de descanso, convencidos de que tú estás con nosotros en todo momento y envías querubines para que nos resguarden mientras descansamos, así como también sabemos que nos resguardas durante el día, porque somos tus hijos y tú eres solo bondad para con nosotros.
Padre Celestial, aparta de nuestras vidas todo riesgo, toda maldad y todo malestar de salud, llena toda nuestra existencia de vitalidad y vida eterna.
Dios Altísimo, en todo momento deseamos en nuestro corazón alabar tú Santo Nombre, para que en cada circunstancia nos colmes de tu gracia y bondad, ilumínanos los pensamientos y entréganos mucha fortaleza para poder lograr obtener el triunfo hoy y siempre. Continúa leyendo después de la imagen
Ayudamos a que podamos hacer nuestras labores y tareas eficazmente, para que todo lo que hagamos, sea efectuado tal y como lo planeamos Señor.
Soberano Señor, diariamente me has enseñado tu verdadera misericordia y tu bondad y aun en todas mis horas de descanso, puedo sentirte a mi lado protegiéndome y cuidándome.
Te ruego Padre que mires nuestras carencias y nos sustentes con cada cosa que anhelamos, para poder estar bien, ya no queremos tener más carencias, tú eres nuestro único proveedor.
Padre Amoroso, quiero pedirte que me enseñes a siempre a confiar en ti, sin pensar en incertidumbres y sin temor, yo estoy convencido de que no te apartarás de mi lado nunca, ya que siempre me diriges por sendas de bendición y de vida en abundancia.
Rey de Majestad, llenos de alegría y el más sincero de los agradecimientos que sale de nuestro corazón venimos delante de ti a tomar nuestra siesta ya que tú te has convertido en nuestra roca fuerte, fiel refugio, aquel que nos da un dulce descansar y guarda nuestras vidas.
Padre, a través de esta dulce oración deseo agradecerte por tantas cosas, una de ellas es el amor, amor que me has podido entregar día tras día y sin limitación alguna. A ti elevamos esta súplica fiel Señor porque tú eres nuestro Creador, Amen.