Existen muchas combinaciones de alimentos que consumimos de forma regular sin fijarnos de que pueden llegar a perturbar la digestión e incluso hacernos aumentar de peso.
Las combinaciones de alimentos son más importantes de lo que muchas veces pensamos y pueden influenciar bastante en nuestro peso y en nuestra salud.
Con algunos cambios sencillos podemos experimentar una gran mejoría, porque no es cuestión de comer menos, sino de comer mejor.
Conoce por qué las combinaciones de alimentos que te vamos a presentar son poco recomendables y por qué son tan importantes las elecciones de lo que comemos.
¿Por qué hay que aprender a combinar?
Si seguimos estas directrices en cuanto a combinaciones de alimentos podemos conseguir los siguientes beneficios: Mejor función intestinal, digestiones más rápidas y sin molestias como los gases, la acidez o las flatulencias, más facilidad para lograr nuestro peso equilibrado, tanto si queremos aumentar o bajar de peso, menos sueño luego de comer y más energía, también, a largo plazo podemos mejorar otros padecimientos crónicos.
Combinaciones de alimentos poco saludables
Lo mejor es evitar lo más que se pueda combinar demasiados alimentos en una misma comida. Por esta razón suelen ser tan perjudiciales los banquetes donde se consumen diferentes tipos de comida y, peor aún, en exceso.
A continuación, vamos a repasar las combinaciones de alimentos que más daño le hacen a nuestra salud.
1. El agua en la comida
Por día deberíamos tomar entre 1 y 2 litros de agua. Sin embargo, algunas personas que tratan de cumplir con esta costumbre lo hacen de forma incorrecta, debido a que suelen tomar demasiado en las comidas o justo después.
Esto causa hinchazón y pesadez al mezclarse el agua con los alimentos y los jugos gástricos.
Lo correcto es tomar siempre con el estómago vacío: en ayunas, a media mañana y a media tarde.
2. La leche y los derivados lácteos
Aunque es considerada un tipo de proteína diferente al resto, no se debe combinar con ningún otro alimento. Si no tenemos problemas para digerirla, debemos tomarla siempre sola.
Por otra parte, los derivados lácteos como el queso y el yogur no deberían comerse en combinación con los almidones.
Además, existe una mala combinación que, no obstante, es bastante frecuente, que es la del yogur endulzado con azúcar.
Estas frutas, que casi siempre se toman como postre o aún con alimentos salados, son muy perjudiciales al mezclarlas con cualquier alimento.
Son muy ricas en fibra y agua y, aunque poseen una gran cantidad de minerales y vitaminas, tienen una naturaleza fría que nos obliga a ingerirlas con el estómago vacío y por separado.
El mejor momento para consumir cualquiera de las dos es en ayunas, a media mañana o a media tarde, separadas de cualquier alimento, hasta del agua.
4. La fruta en las comidas
La costumbre de usar la fruta como postre no es tan saludable como pensamos, en especial si hemos ingerido almidones. Al hacerlo así, el azúcar de las frutas se fermenta en el estómago y hace más difícil la digestión.
Se puede hacer una excepción si ingerimos pescado o carne junto con ensalada (sin papas ni otros almidones).
En este caso se podría acompañar la proteína con papaya o piña, dos frutas tropicales muy ricas en enzimas que favorecen el proceso digestivo.
Por el mismo motivo, hay que evitar los zumos (que todavía contienen más azúcares) en las comidas.
5. Almidones y proteína
Esta es una de las combinaciones de alimentos que más daño nos hace, debido a que ralentizan la digestión y nos hacen subir peso.
Proteína: Carne, huevo, leche y derivados, pescado, frutos secos y semillas.
Almidón: Cereales y elaborados con harina (pan, pasta, dulces), papa, arroz, verduras ricas en almidón cocinadas (ñame, calabaza, zanahoria, remolacha, alcachofa), guisante, maíz.
La mezcla típica de carne con papas y otras parecidas, aunque son comunes en cualquier menú, no son una opción saludable. Lo correcto sería acompañar cualquier plato de almidón o proteína con una ración de vegetales crudos o ensalada.
Con una ración de proteína por comida es más que suficiente para llevar una alimentación equilibrada. Por este motivo, no es conveniente mezclar algunos tipos como, por ejemplo, legumbres con carnes.
Todos los alimentos tienen sus características, las cuales activan varias funciones digestivas. Cuando las mezclamos, dificultamos estos procesos naturales.
7. La verdura no combina con todo
Por lo regular, la verdura combina bien con casi todos los alimentos. Sin embargo, hay algunas excepciones: Sandía y melón, leche, azúcar y la fruta dulce.