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¿Debemos dejar a nuestra familia si seguimos a Jesús?

Para seguir a Jesus es necesario renunciar a nuestra familia?

Debemos dejar a nuestra familia si seguimos a Jesús

 

Lucas 14: 26: Si uno viene a mí y no deja a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, hermanos y hermanas, y aún su propia vida, no puede ser discípulo
mío.

En esta Palabra Jesús NO se refería a aborrecer a los padres, pues hay muchas palabras donde Dios nos exige honrar a nuestros Padres como uno de los primeros mandamientos de esta tierra.

Cuando Jesús hace referencia a esta Palabra, solo lo podemos relacionar con las cosas que muchísimas veces anteponemos a Dios. Esto puede ser relaciones, vida, forma de ser, pecados, o condiciones de nuestro carácter, que colocamos por encima de Dios.

¿Qué es lo más importante para ti?

Todo aquello que lo creemos más importante que Dios, lo seguiremos y dejaremos a Dios para más tarde. Es por ello que ser discípulo de Jesús no es fácil.

La Biblia no trata de que debemos olvidar a nuestra familia, sino más bien de la forma en que podemos seguir a Jesús. La mejor forma de seguir los pasos del maestro es aborreciendo hasta nuestra propia vida, para que sea Jesús trabajando en medio de nosotros.

Seguir a Jesús implica muchas veces catapultar los que somos, y hacer separaciones precisas de todo aquello que nos aleja de Dios. Es decir, nadie puede seguir a Jesús con su propia fuerza, nadie puede seguir al Mesías con un pensamiento divido, nadie puede seguir el camino de Jesús si aún hay mezclas en su corazón.

Tenemos que pedirle a Dios que active el discernimiento

No sé trata de dejar a un lado nuestra familia, o de aborrecerla, se trata de poder activar el discernimiento y saber si realmente esta nos acerca a Dios, o nos separa del camino a la eternidad.

Esto hace referencia en que si alguno de estos nos da un consejo, o una palabra que va en contra de lo que el Espíritu Santo nos está guiando, entonces tenemos que tomar la decisión incómoda de mantenernos firmes en nuestra fe, sin hacer caso a lo que otros puedan decir.

Muchas veces, dentro de nuestras familias habrá personas que se pueden oponer a nuestra fe, para ello es importante que podamos mantener nuestras convicciones firmes. No podemos claudicar a nuestros principios por lo que otros puedan persuadirnos, sin importar si esto viene de nuestra propia familia.

Conclusión

Nuestra actitud siempre como buenos discípulos de Jesús es orar por nuestra familia, sobre todo si esta no se ha acercado al señor. No tenemos la potestad para juzgar, pero si podemos con nuestro ejemplo y a través de nuestras oraciones, hacer que esta se acerque al Señor.

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