Icono del sitio Dios Es Bueno

Dios Es Bueno, el tiempo de los milagros aún no ha terminado.

Conozco a una persona que había emigrado de México a los Estados Unidos, con toda la familia, su esposa e hijos pequeños. Tenían muchos planes y sueños. Ya tenían casi dos años en el estado de California y les estaba yendo muy bien.

Los niños ya hablaban muy bien inglés, su esposa tenia un buen empleo de medio tiempo y mi amigo también había encontrado el trabajo de sus sueños.

Todo se veía de maravilla, estaban muy felices, cuando de repente, por un revés de la vida totalmente inesperado, se vieron forzados a regresar a México. Fueron deportados, esa es la verdad  por un error en los tramites de sus documentos de inmigración totalmente ajeno a su voluntad.

No había manera como pudieron haber sabido lo que les iba a pasar. (Esta parte de la historia es larga, me quiero enfocar en la parte más importante).

Ya en México, mi amigo fue blanco de burlas y humillaciones. El es una persona talentosa y muy soñador y muchos se reían cuando comentaba que se iría a triunfar a los Estados Unidos, pero ahora que prácticamente lo habían echado del país por algo fuera de su control, las burlas y las vergüenzas eran mayores.

Algunas personas realmente son muy nocivas cuando se burlan de los demás y no les importa si pueden dañar el ánimo de alguien. A veces esas burlas pueden orillar a decisiones terribles a quienes son victimas de ese acoso emocional.

Todos le decían que Dios lo había castigado por una razón o por la otra. Que Dios no tenía ningún plan para el y para su familia, que era el hazmerreír de toda la ciudad.

Así pasaron varios meses, en necesidades, sin trabajo y sin casa porque ya antes lo habían dejado todo y ahora que regresaron no tenían nada. Fue un tiempo muy difícil. Para colmo, su hijo mayor se enferma con una enfermedad altamente mortal.

Esto era el colmo y los burladores se mofaban más.

Se reían de mi amigo. Ustedes dirán, como es posible que alguien se ría de las tragedias humanas, pero, la verdad es que si existe ese tipo de gente. Dicen ser tus amigos, pero cuando te ven sufriendo por aparentes malas decisiones, se ríen y se gozan de tu dolor a mas no poder.

Mi amigo, sin embargo, a pesar de sus tragedias, seguía confiando en Dios. Él sabía que Dios no lo estaba castigando por nada. Y aunque las cosas no se veían bien, mi amigo sabia en el fondo de su corazón que había un plan divino que se iba a cumplir. Todas las cosas obran para bien de aquellos que aman a Dios, dice Romanos 8:28 y a esta palabra se aferraba este hombre sencillo de fe.

Su hijo milagrosamente mejoró y sanó totalmente de esa enfermedad. Fue tan impactante su sanidad que hasta salió en las noticias de la televisión local. Los médicos estaban sorprendidos. Los burladores estaban con la boca abierta.

A raíz de la cobertura que se le dio en las noticias, un antiguo conocido de mi amigo lo vio en la televisión y buscó la manera de contactarlo.

Como ya lo conocía muy bien, le dijo que necesitaba ayuda en un proyecto de gobierno. Le estaba ofreciendo el trabajo de director para toda la región. Tendría su propia oficina, 40 empleados bajo sus órdenes, y muchos recursos para trabajar. Hasta una avioneta lista para los viajes cortos.

Primero el maravilloso milagro de sanidad de su hijos. Toda la ciudad estaba maravillada. Ahora, el milagro de un trabajo mucho mejor que lo que él había soñado. 1000 veces mejor que el empleo que había perdido en los Estados Unidos.

Muchos de los que se burlaban de él, realmente vinieron y le pidieron perdón al ver como Dios había sanado a su hijo y como ahora era bendecido de una manera tan maravillosa. Mi amigo, obviamente los perdonó, ni el ni su familia le guardaban rencor a nadie.

Estoy abreviando esta historia real, de una persona que conozco muy bien, para hacerte ver amigo, amiga, que Dios te ama y que realmente tiene un plan para ti. A veces nos desesperamos y nos damos por vencido al ver que otros nos critican y se burlan de nuestra fe.

Yo te digo, no porque lo haya leído, sino porque yo mismo lo he vivido: Dios es real, el tiempo de los milagros aun no ha terminado.

Dios necesita tu fe sencilla, eso es todo. Ahí empezará tu futuro de paz, sabiduría, humildad de corazón y prosperidad divina.

Aclarando que cuando yo te hablo de prosperidad divina no me refiero al dinero, sino a esa prosperidad de la que Dios nos habla en su palabra. Sin deudas, sin tensiones, en armonía familiar, en buena relación con todas las personas posibles, con paz y tranquilidad. Esa es la verdadera prosperidad.

Créele a Dios, Él puede hacer un milagro poderoso en tu vida.

Salir de la versión móvil