Investigadores de la Universidad de California en San Francisco encontraron que la soledad juega un papel importante en el declive tan a menudo asociado con la vejez. El estudio llamado Loneliness in Older Persons dio seguimiento a 1,600 adultos, con una edad promedio de 71 años; a pesar de controlar el estatus socioeconómico y la salud, los solitarios mantuvieron constantemente tasas de mortalidad más altas. Casi el 23% de los participantes solitarios murieron dentro de los seis años del estudio, en comparación con sólo el 14% de aquellos que reportaron una compañía adecuada.
Así es que, si quieres que tu madre viva más pasa más tiempo con ella.
Los investigadores también encontraron que el 43% de las personas mayores de 60 años se sienten aisladas.
¿Con qué frecuencia ves a tus padres? ¿Pasas mucho tiempo con ellos?
Nuestros ocupados horarios significa que muchos de nosotros sentimos que no los estamos viendo tanto como debiéramos o quisiéramos. Pero lo maravilloso que ha encontrado este estudio es que, si sacas un poquito más de tu tiempo para tus padres podrías extender sus vidas, ya que le estarías dando una medicina que no se puede comprar, la buena compañía.
Por consiguiente, la investigación concluyó que la soledad es un factor significativo en la disminución de la calidad de vida de los adultos mayores y podría llevar a la depresión, al deterioro cognitivo y otros problemas de salud como la enfermedad de las arterias coronarias.
«La necesidad que hemos tenido toda nuestra vida de estar rodeados de las personas que nos conocen, nos valoran, nos traen alegría: nunca desaparece», dijo Barbara Moscowitz, trabajadora social geriátrica principal del Hospital General de Massachusetts.
Es decir, “Las relaciones humanas de mejor calidad siguen siendo una fuente primaria y duradera de propósito en la vida”. Por algo nuestro Señor desde un principio ordenó que los habitantes de la Tierra se multiplicaran. Por lo tanto, haciendo eco de la Biblia, el estudio muestra la importancia del servicio. «Servirse unos a otros y regocijarse y llorar unos con otros». Esto nos pone a pensar en que el estudio mencionado parece apoyar la enseñanza bíblica de que Dios creó al hombre para que sea relacional.
Otra vez, la ciencia dominante ha afirmado lo dicho hace tantos años en las Escrituras.
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