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Niégate a ti mismo y sígueme

Niégate a ti mismo

Lucas 9: 23: Decía a todos:»Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame».

Jesús mientras lo seguía la multitud no solo hacía milagros, sanaba vidas, o rompía cadenas de opresión, sino que también levantaba su voz y les daba ciertos principios a sus discípulos y a toda esa gente que le seguía.

Estas palabras, algunas en parábolas, era la forma en como Jesús les enseñaba sobre la fe, sobre los principios que debían seguir.

¿Qué significa negarse a sí mismo?

Cuando la Biblia relata el texto de Lucas 9:23 “negarse a sí mismo”, hace referencia a la forma de uno negarse a su propia voluntad, a su razón, a toda lógica que muchas veces como seres humanos deseamos encapsular, dejando a un lado todo lo que es la vida de fe.

Negarse a sí mismo, es depender totalmente de Cristo. Es aprender a caminar bajo la voluntad de Dios, atender el llamado que el Padre tiene para nuestras vidas, y entender el propósito de Dios, sin cuestionar nada.

Dios nos capacita

Dios mismo nos dota de habilidades, planes, sueños y metas, pero no podemos anteponer lo que somos antes que Dios. No podemos enaltecer nuestras habilidades, si primero no comprendemos lo que Señor tiene para nuestras vidas.

“Negarse a sí mismo”, es aceptar a Cristo y caminar bajo sus principios. Es comenzar a vivir por fe más que por lógica. Es dejar a un lado nuestro viejo hombre, lleno muchas veces de argumentos, pensamientos incrédulos, y maneras de ser muy propias que nos alejan de Dios.

Es por ello por lo que el Señor hacía hincapié y decía, «tome su cruz cada día».

Debemos aprender a tomar la Cruz de Cristo, aprender a depender de él y comprender los beneficios de la cruz. Cuando colocas tu mirada en Jesús, cuando aprendes a caminar por él y para él, entonces entiendes lo que es vivir por fe, dejando tus cargas, tus luchas y tus procesos en manos del Padre Eterno.

Esto no quiere decir que sea fácil

Cuando decides seguir a Jesús habrá batallas que te tocarán enfrentar, así como el Señor enfrentó la muerte en la cruz del Calvario. Pero habrá momentos donde tocará tomar la cruz de la vida, que puede llamarse deuda, conflicto, ansiedad, enfermedad, o cualquier otro proceso, donde nuestra fe se verá movida.

Ante todo esto, nuestra mirada nunca puede apartarse del Señor. Como lo dice la Biblia en Hebreos 12:2 “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

No podemos olvidar que Jesús murió en un madero para que en nuestra vida no exista opresión, sino liberación. Tomamos la cruz, pero seguimos al maestro, seguimos al mesías, seguimos al único que tiene el poder de transformar nuestras vidas.

El enemigo te atacará

Satanás siempre va a querer desviarnos de la cruz, buscará siempre apartarnos de Jesús, pero debemos caminar siempre entendiendo el poder de depender totalmente de Cristo, de seguirle, y de buscar siempre ser guiados por su perfecta voluntad.

Cada día debemos renovar nuestra fe, debemos pedirle al maestro que renueve nuestras fuerzas, que llene nuestro espíritu de expectativa. Solo así viviremos siempre con un espíritu cercano al Padre y con un corazón íntegro ante su presencia.

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