Pero la verdad es que, no debemos ceder a la tentación de actuar contra nadie ya que, si alguien te aflige o hace daño, tarde o temprano Dios te ayudará y Él se encargará de la persona que te ha estado afligiendo.
Tampoco se trata de que Dios le vaya a hacer algún daño a esa persona, tal vez Dios toque su corazón y eso le lleve a un arrepentimiento y se acerque a Dios. No sabemos lo que Dios hará, pero de que hará algo, de seguro así será.
Puede que esto suceda en tu tiempo de vida, o puede que suceda en el futuro, pero todos aquellos que afligen a los hijos de Dios y no se arrepienten de lo que han hecho, tarde o temprano tendrán que verse cara a cara con Dios.
“Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo” Tesalonicenses 1:6-8
La justicia verdadera le corresponde a Dios.
Esto acontecerá también cuando Jesús, revelado desde el cielo en llamas de fuego con sus grandiosos y poderosos ángeles, reprenderá a los que desconocen a Dios y no obedecen el evangelio de nuestro amado Señor Jesús. Dios es un Dios recto, equitativo, ecuánime, de justicia y verdad, es su carácter revelar a través de su luz lo que es genuino y exponer lo que no lo es.
“Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios” 1 Corintios 4:5
Para los que somos fieles creyentes de Jesús, esperar en Dios por justicia es vital y es parte esencial de nuestra fe. A su manera y a su tiempo, nuestro buen Dios arrojará verdad, sinceridad y cabalidad en nuestro mundo.
El nombre del Señor no puede ser objeto de burla, en ese tiempo perfecto, llegará la justicia en nuestras vidas, en la tierra y más allá.
Dice Dios en su palabra: Mía es la venganza y la retribución; a su tiempo los pies enemigos resbalarán, porque el día de su aflicción está cercano, y lo que está preparado para ellos pronto les vendrá. Deuteronomio 32:35
Encomienda tus asuntos delante de Dios y nunca trates de tomar venganza por ti mismo.
Eso dice su palabra, eso tú harás.