TENEMOS QUE SER MISERICORDIOSOS PARA AMAR A TODOS COMO DIOS NOS AMA.
La razón principal por la cual Dios nos perdona y nos ayuda a seguir adelante es por la inmensa misericordia que Dios tiene por nosotros, pues sabe que somos pecadores y simples seres humanos, pues de una u otra forma le fallamos todos los días ya sea voluntaria o involuntariamente.
“Pero él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía;
Y apartó muchas veces su ira,
Y no despertó todo su enojo.
Se acordó de que eran carne,
Soplo que va y no vuelve” (Salmos 78:38-39)
El ser humano a lo largo de la historia a tratado de hallar la manera de alcanzar agradar a Dios por sus propias maneras, han intentado durante mucho tiempo hacer diversos sacrificios que logren convertirlo en alguien “más agradable” delante de Dios, pero nunca lograron así agradar a Dios, muchos llegaron a tal punto de creer que ponerse normas sumamente difíciles de cumplir y hacer alguna clase de sacrificio físico les ayudaría a agradar a Dios, pero nada de lo que hicieron logró esto, pues la manera en la que una persona agrada a Dios no es por las cosas que hace, sino por las cosas que “JESÚS HIZO”.
Lo que las personas tienen que entender es que su “religiosidad no les vale de nada, ya que la única manera de agradar a Dios es a través de Jesús.
DIOS QUIERE QUE SEAMOS MISERICORDIOSOS Y AMEMOS AL MUNDO COMO DIOS NOS AMA.
Dios nos ama a pesar de la gran cantidad de pecados que cometemos porque es movido a misericordia debido a que somos humanos, pero el problema está en que muchas veces los cristianos nos creemos los “muy santos” y juzgamos a las demás personas, sin embargo lo que Dios quiere es que aprendamos a amarlos con misericordia, con la convicción de que las personas del mundo hacen tanta maldad porque aún no conocen de Dios.
“Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento” (Mateo 9:12-13)
La biblia además dice que Dios amo tanto al mundo que dio a su único hijo a morir por el mundo; pero lo interesante es que dijo que amó al “mundo” y no dijo que amo solamente a “Israel” aunque este haya sido su pueblo elegido desde mucho antes.
“Porque de tal manera amó Dios al MUNDO, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque no envió Dios a su Hijo al MUNDO para condenar al MUNDO, sino para que el MUNDO sea salvo por él.
El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (Juan 3:16-18)
Reflexionemos también en el hecho de que “no envió Dios a su Hijo al MUNDO para condenar al MUNDO, sino para que el MUNDO sea salvo por él” y si hizo eso por ser el Hijo de Dios nosotros también tenemos que hacerlo pues también hemos sido adoptados como hijos de Dios, el que dice ser un hijo de Dios y no busca que las personas del mundo sean salvas y aún por el contrario se la pasa condenándolos es porque no es “UN HIJO VERDADERO DE DIOS”.
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:34)
DIOS QUIERE QUE SEAMOS MISERICORDIOSOS CON NUESTROS HERMANOS EN CRISTO Y LOS AMEMOS COMO DIOS NOS AMA.
Lo peor de todo es que sucede dentro de las iglesias que hay algunos que se consideran muy “santos” y creen que tienen derecho de juzgar a sus hermanos en Cristo; este acto es algo muy desagradable delante de Dios pues Dios.
La razón por la cual hacen esto es porque aún no han comprendido lo importante que es la misericordia y lo misericordioso que es Dios cada día con ellos.
Sin darse cuenta están haciendo lo mismo que hacían los fariseos con los discípulos de Jesús y con el pueblo de aquel entonces, pero para las personas que hacen esto Dios nuevamente les dice esta palabra:
“Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes” (Mateo 12:7)
Un verdadero cristiano tiene que sentir amor por sus hermanos en Cristo, pues son parte de su familia y si no sintieran este amor es porque realmente no pertenecen a la familia de Jesús, pues somos todos nosotros hermanos de Jesús y tenemos que amarnos como nos ama Jesús.
“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el PRIMOGÉNITO entre MUCHOS HERMANOS” (Romanos 8:29)
“Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.
El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amó” (1 Juan 4:7-8)
“Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?” (1 Juan 4:20)
En conclusión: Lo que nos concierne a nosotros es amar a todas las demás personas movidos por la misericordia de que Dios en algún momento llegará a sus vidas y las transformará porque ellos aún son del mundo y hacen las cosas del mundo como nosotros en un momento las hacíamos. Pero también amemos a nuestros hermanos en Cristo como Dios nos ama pues ellos y nosotros aún seguimos siendo pecadores y estamos dentro de un proceso de perfección el cual durará toda nuestra vida.