El niño que vende tortas, una lección de honestidad
En esta ocasión les presentamos a Anderson, el niño que vende tortas, una lección de honestidad que muchos deberíamos aprender y transmitir a las generaciones nuevas. Anderson es un niño que demuestra tener los mayores valores, pues siendo de una familia humilde, trabaja en su tiempo libre sin faltar a sus clases en la escuela. Anderson se dedica a vender tortas para ayudar a su madre, pues la familia enfrenta serias dificultades económicas. Entonces el niño sale a vender las tortas que prepara su madre, con el mayor esfuerzo. Pero Anderson tiene algo bien claro: no acepta dinero que no sea por la venta de sus tortas. Y lo aclara toda vez que puede a la gente que le quiere ayudar dándole dinero pero sin comprarle su mercadería. Muy bien enseñado y un ejemplo para todos. La honestidad es una virtud propia de los corazones nobles y puros, por lo tanto no es mala idea pregonarla tanto como sea posible, sobre todo inculcarla desde la niñez, pues es el momento en que se adquieren las mayores virtudes.