NO ESTÁS LEJOS DE TU BENDICIÓN, casi llegas a ella. Mantén tus ojos bien abiertos, tu sentidos alertas. Cuando recibas tu bendición tómala con confianza, cuídala con humildad, comparte tu alegría. Tu pecho se llenará de felicidad cuando al fin te des cuenta de que el sufrimiento ha quedado atrás, tu corazón se desbordará de tanta alegría, y tu sonrisa será nueva y brillante como la luz del día. De todas las cosas negativas que has atravesado ya no te acordarás más, quiero que las saques de tu mente. Tu no tuviste la culpa de muchas situaciones, y en esos momentos cuando tomaste malas decisiones te arrepentiste de ellas y te levantaste con valentía a enmendar todos tus errores. Por eso te bendigo, por eso te prospero, porque se que me amas a mi, antes que nada, en tu vida soy el primero. Me hablas cuando te levantas, te inclinas ante mi presencia antes de dormir, me has dado un lugar importante en tu hogar y en tu diario vivir. Por eso cuando el enemigo te ataca diciéndote que no te mereces mi amor o mis bendiciones puedes confiar en mi palabra que al final de cuentas te bendigo porque así yo lo he decidido, y he perdonado tus pecados, te he rescatado de las consecuencias de tus malas acciones. Enfrentaste lo que tuviste que enfrentar, no te has escondido de tus compromisos, eres muy valiente, esa es una prueba mas de que a pesar de tus imperfecciones eres mi amado hijo.
Yo les doy fuerzas a los que se deciden a seguirme, yo capacito a los que se esfuerzan en servirme, yo le doy talento, sabiduría y gracia a aquellos que no se avergüenzan de poner en alto mi santo nombre, aquello que a todas las personas tratan con amor, con paciencia, misericordia y justicia. Y en este nuevo tiempo que se levanta frente a ti, yo te confirmo que te he escogido a ti y a tu familia para una misión muy especial, te estoy pidiendo que me entregues tu vida, te estoy llamando a servir. A que inicies sueños nuevos, a que trabajes con inteligencia, con ahínco y con todo tu corazón. Te lo recuerdo una vez más, no está lejos tu bendición. Hoy entenderás de lo que te estoy hablando, y sabrás cuanto yo te amo. Amén.