Desde el vientre de tu madre te miré, el día que viste la luz te elegí.
Escuché tu llanto, me gocé en tu risa. Vi tus primeros pasos, tus primeras caídas.
Cuando en las noches en tus sueños me llamabas, y en aquel rincón tus temores me contabas.
Yo soy Jesús, soy el mismo, El que hizo un pacto contigo cuando aún eras un niño.
Yo Soy el que soy y el pacto aún sigue vivo. Fuiste, eres, y para siempre serás mío…
«…El SEÑOR tu Dios está en medio de ti, Guerrero victorioso; Se gozará en ti con alegría, En Su amor guardará silencio, Se regocijará por ti con cantos de júbilo…» Sofonías 3:17
Aunque mi padre y mi madre me desamparen,
aun con todo el Señor me recogerá Salmo 27:14
Escrito por Hermes Alberto Carvajal
Recuérdalo siempre: Todos los días, una palabra de fortaleza para ti
TIENES QUE LEER ESTO: Dame tu mano, quiero platicar contigo