Un buen lector, nace desde la crianza y la infancia. Los padres desde que los hijos son muy chicos, suelen leerles cuentos generalmente, a la hora de dormir, para así dejarlos dormidos a la hora correcta. Este ejercicio que se usa para lograr que nuestros pequeños duerman, es el más idóneo para formarlos a la lectura y que ellos, en un futuro cercano, tomen la costumbre a la lectura.
Pero, un libro no es necesariamente un recurso. También puede ser un muy buen regalo. Como el hecho de dárselos en los momentos claves y así poco a poco, incentivarlos a leer por su cuenta.
En la convención sobre los derechos del niño, el pedagogo Francesco Tonucci, comenta sobre el derecho que tienen los infantes (derecho expuesto en ley en el artículo 31), a la recreación y al esparcimiento. El pedagogo explica que no es necesario gastar altas sumas de dinero en juguetes de última generación, para que los chiquillos se diviertan. Existe el barro o los juegos con arena, lo cual distrae y los entrena al arte. Y enfatiza que los libros, son el mejor tipo de entretenimiento y aprendizaje para los niños. Puesto que la lectura analítica hace que el flujo de sangre hacia el cerebro aumente, poniendo a trabajar la zona prefrontal; zona donde se almacenan y se desarrollan los procesos cognitivos que ayudan a estimular la atención hacia otras cosas importantes durante el desarrollo. Leer un libro convierte a las personas en seres analíticos. Para los niños, los enseña a estimular las relaciones con los demás.
Por eso Tonucci explica que «los mejores juguetes son los más económicos».
En la convención desarrollada en el palacio Sarmiento, Alfredo Bravo, miembro de la Biblioteca Nacional de Maestros, comenta que la idea es que para los más pequeños de la casa, deben existir más juegos y mucho más movimientos para ellos. El Ministerio de Educación de Argentina apuesta por esta moción, incentivando a la lectura. Por ello, en los últimos meses se han abierto las puertas a un número importante de noventa mil vacantes para la docencia primaria. Con ramas como: Escritura y literatura, Matemática, Sociales, Educación en los derechos humanos, Alfabetización, entre otras.
Pero el aprendizaje se lleva a cabo desde la casa. Tonucci recomienda a los progenitores, a que tomen de la mano a su hijo y vayan con él a una biblioteca. Pídanle que elija un libro y acompáñenlo en ese recorrido. Ese ejercicio hará que tomen interés en la lectura, incentivándolos con el juego, al mejor aprendizaje.
La idea para el gobierno de argentina, para los maestros y pedagogos en la convención expuesta, es mejorar la calidad en la educación del país y del mundo, con estas nuevas incorporaciones y métodos de lectura y aprendizaje. Inculcándoles a los padres y representantes de escuelas, a que leer no es una pérdida de tiempo. Al contrario, el objetivo es «leer con tranquilidad y sin remordimiento». Con ello, se cierra la convención y se inicia una nueva etapa en el país del sur.