Soy tu sanador, tu proveedor, tu guerrero protector. Soy tu medicina para el desaliento, soy el agua viva que por la cual está clamando tu corazón sediento, soy el aire que respiras, soy quien te levanta cada día con ganas de luchar y de vivir, yo lleno de ánimo tu alma, te inundo con deseos de vivir y de seguir creyendo.
Nadie te ama como yo, nadie te ha dado la mano ni te ha levantado tantas veces como lo he hecho yo. Por eso te pido que leas mi palabra escrita y que en mis promesas creas.
Has luchado y has sufrido tanto pero tu dolor no será en vano, estás en las manos de tu Padre celestial, Dios todopoderoso y soberano, Rey del universo, Señor de tu vida.
Tengo para ti un plan perfecto, de bien y de prosperidad. A veces para ti es difícil entenderlo, tantas cosas que cada día enfrentas, a veces tus propios sueños y planes no se han hecho realidad, te desanimas cuando se presenta la primera dificultad, pero yo te pido que, si en mí has creído, entonces reafirmes tu fe y sigas creyendo.
No te acobardes cuando el enemigo ataque, ni salgas corriendo cuando la lluvia de problemas te empiece a golpear. Yo he puesto en ti un corazón guerrero, más fuerte que el acero, con un carácter firme hecho para vencer, para triunfar.
Si se presenta un problema abre tus ojos, si en tu camino se atraviesan dificultades, mira más allá, hay una bendición detrás de cada dificultad, por eso te pido que no te detengas. Mis designios se cumplen, mis planes y mis sueños para ti si se harán realidad.
Recuerda mi amor, mi espíritu de paz sacará de tu alma todo desaliento, llenará tu vida de felicidad eterna, encenderá en tu corazón el fuego inquebrantable, brillante e inapagable que quemará toda impureza, destruirá todo obstáculo, derretirá las cadenas. Mi amor te hace libre para aceptar mis promesas y aún para creer en ti mismo. Eres mi escogido, eres mi hijo, te amo y de la mano te llevaré a que cumplas tu destino. Amén.