Un velorio bastante extraño
Desde tempranas horas de la mañana del 13 de agosto de 2013, se velaba en la funeraria Ceiba Funeral Home, los restos de Brownie, un hermoso perro mestizo al que su dueño quiso despedir como si se tratase de un hijo.
Algunos llegaron al lugar por curiosidad y otros como amigos del señor Eusebio Carrasco, quien adoptó a Brownie hacía ya 4 años, y a quien dice amó como a un miembro más de la familia.
“Con esto yo quiero promover el amor por los animales. Que las personas entiendan que nuestras mascotas son parte de nuestra familia y que cuando mueren merecen ser respetados como si fuera un hijo. Amor es amor…”, dijo el lloroso don Eusebio, desconsolado por la partida de quien fue durante 4 años, su mejor amigo.
Brownie yacía en un ataúd blanco. Tenía una rosa blanca entrelazada en sus patitas.
Don Eusebio agregó que le iba a dar cristiana sepultura a su amado perrito en un improvisado panteón que hizo en las facilidades de la funeraria, de la cual es propietario.
«Invité a la gente para que vengan con sus mascotas y niños…», dijo don Eusebio mientras entregaba una tarjeta de recordatorio en la que se puede leer: “Fuiste mi consolador en todos los momentos difíciles. En momentos de llanto secaste mis lágrimas. Jugabas conmigo y me acariciabas con tus patitas. Por eso eres, fuiste y siempre serás especial para mí…”.
En un momento de mucho dolor, don Eusebio relató lo que fue su último encuentro con su perro amado: “No sé qué fue lo que pasó. Yo me despedí de él antes de irme para la iglesia. Le dije: ‘ven a darle un beso a papi’. Y me lamió la cara… cuando regresé ya estaba muerto”, explico don Eusebio con lágrimas en los ojos…
Don Eusebio Carrasco asegura que a raíz del funeral de Brownie, él creará un plan especial que le permita a las personas velar sus mascotas. Los precios por el servicio fúnebre podría rondar entre US$ 1,500 y $2,000.
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