¿Te has preguntado cómo es amar a Dios con todo tu corazón? Como personas que creemos en El, hablamos de cómo amamos a Dios de todo corazón, pero ¿realmente lo amamos? ¿De verdad amas al Señor con todo tu corazón?
Esto significa: ¿amas a Dios por encima de cualquier otra persona en tu vida? ¿Amas a Dios más que a cualquier posesión u objeto?
Busca en lo más profundo de tu corazón y piensa cuál será tu respuesta a la siguiente pregunta … «¿Puedes decir que amas a Dios con» todo tu corazón «y con todo lo que hay dentro de ti?»
¿Qué significa amar a Dios con todo tu corazón? La Biblia dice:
Mateo 22: 36-38
“Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?
Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y más grande mandamiento”
Dios quiere que lo amemos con todo nuestro ser. Entonces, ¿qué es todo nuestro ser?, ¿Cuál es la diferencia entre el alma y el Espíritu ?, señalamos que 1 Tesalonicenses 5:23 nos muestra las tres partes de nuestro ser, diciendo:
“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”
Nuestro espíritu es la parte más íntima de nuestro ser, la parte que usamos para recibir a Dios y contactarlo.
Cuando recibimos al Señor Jesús como nuestro Salvador, aquí es donde Él viene a vivir en nosotros, en nuestro espíritu, en donde podemos tener comunión con el Señor y pasar tiempo en Su presencia.
El Señor Jesús dijo que debemos amar a Dios con estas tres partes, es decir, con todo nuestro ser.
Primera de Pedro 1: 8 dice: “a quien amáis sin haberle visto, en quien, creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso;”
¿Cómo podemos amar a alguien que ni siquiera hemos visto? ¿Y cómo amamos a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas? ¿Tenemos siquiera esta habilidad?
Si, porque, aunque no vemos a Dios lo sentimos y sentimos su protección y amor en cada paso que damos, en cada bendición y en cada milagro y alegría que llega a nuestra vida.
Tu amas a Dios, y Dios sabe que lo amas. Puedes esperar que El responda a tus oraciones por ese gran amor que le tienes, y por ese amor eterno que El tiene por ti.
¿Lo crees?