¿Cuándo te he fallado? Mira un poco a todo lo que has atravesado en el pasado. Es verdad que has sufrido, muy cierto que has llorado y aún puedes volver a sentir el dolor inmenso de las pruebas que has vivido. Pero estás leyendo mis palabras y aunque hay momentos en que sientes que mueres, la verdad es que aún estás vivo y vives porque yo hasta aquí he estado contigo.
Yo te ayudo siempre, yo te sostengo, soy el que levanta tus brazos cuando estás cansado. Cuando caminaste por el valle de sombras y lágrimas caminé contigo, en el desierto creíste morir de sed, pero yo vine he hice brotar agua en los lugares secos y de la misma muerte muchas veces te libré. No permitas que tu corazón se deje engañar por las situaciones que no entiendes y que se te olvide ser agradecido. Tienes que reconocer que has cambiado mucho, las luchas te sirvieron, te has hecho más sabio, has crecido y si los años no trajeron las cosas que esperabas y que me habías pedido, es porque yo siempre te di lo que fue mejor para que siguieras adelante. No permití, ni te di las cosas que en el futuro podían dañarte, alejé de ti a personas que querían arruinarte, te cuidé como se cuida a un hijo que se ama. NO, no te estaba castigando. Yo sé que lo entiendes, mi único propósito siempre fue prosperarte porque mis pensamientos no son tus pensamientos, ni mis caminos tus caminos. Mis planes para ti son diferentes, más altos, mejores que tus propios planes y quiero que hoy lo reconozcas, que lo entiendas, que me lo digas con tus palabras, que lo escribas, que lo pienses: Con felicidad y fe aceptarás mi voluntad y dejarás de añorar aquellas cosas que alejé de ti y que jamás regresarán. Hazlo y se abrirán nuevas puertas de bendición que no me pediste y que no esperabas. Con todo mi amor, quiero mostrarte quien soy, quiero sorprenderte. Dime que me crees…
AMÉN