De esta crisis vas a salir, no estás derrotado, vas a vivir, vas a triunfar, te vas a recuperar. En ti llevas mi esencia, tu ser está lleno de mi presencia, tu alma está fortalecida, estos tiempos en vez de derribarte te están fortaleciendo, serás más fuerte, más sabio, más prudente y más bendecido que antes.
No es casualidad que estés leyendo estas palabras, ponme atención a mis instrucciones para que las hagas, para que se cumplan en ti mis planes. Yo te escogí desde antes de fundar el mundo, te conozco muy bien y todas las cosas que he designado para ti se cumplirán.
Piensa en mí, piensa bien, llena tu mente de los pensamientos correctos. No pienses en derrotas, en insultos pasados, no le des vuelta en tu cabeza a todas las cosas negativas que el enemigo en tu contra ha usado para lastimarte y robarte tu vida, tu alegría, para cegarte de las maravillosas bendiciones que tuve para ti, y que aún son tuyas, todavía.
Este es el tiempo de que hagas uso de tu fe, de que vuelvas a tu amor primero, que creas de nuevo en mí con devoción y con fervor sincero. Sabes que yo no miento, sabes que te amo. Me has visto tantas veces venir a tu rescate cuando me has necesitado, y aquí estoy ahora listo para levantarte, para sanarte y para ayudarte a que recuperes todo el tiempo, todo el amor, todas las bendiciones, que creías haber perdido.
El enemigo no puede destruirte, de eso debes estar seguro, yo no lo permitiré. Aunque te has sentido débil, mi gracia y mi cariño siguen contigo aquí, hoy y siempre, aunque te vuelvas a sentir cansado, mi palabra es firme y se cumple, yo soy tu Dios omnipotente, tu verdadero padre, nada ni nadie podrá derribarte ni hacerte frente, mientras me creas y no te alejes de mí, aquí te tendré protegido y seguro. Tú lo sabes bien, nadie te ama como yo en este mundo. Amén.