Mírate al espejo y dime, si no te pareces a mí: a imagen y semejanza del Dios todopoderoso, hermosa criatura llena de gracia, corona de la creación. Tú te miras a ti mismo; a veces, como te pintan los demás, y te pones los límites que los hombres te ponen, pero tú eres mucho más que lo que otros piensen de ti.
Yo miro tu corazón, la inocencia de tu alma, la pureza de tus sueños. Si yo te amo, que eso te baste, camina seguro, da pasos grandes y firmes. Graba esta verdad en tu alma y conquistarás naciones: No necesitas al mundo para forjar tus anhelos; me tienes a mí...y para mí, el amor eres tú…
Y tú, ¿aceptas mi amor? Ven aquí a mi lado, y déjame guiar tus pasos. A mi lado, nada temerás…
“…Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó…” Génesis 1:27
«…Ya que eres precioso a mis ojos, digno de honra, y yo te amo…» Isaías 43:4
Escrito por Hermes Alberto Carvajal
Todos los días, una palabra de fortaleza para ti