Déjame morar en tu presencia,
hasta el final de mis días en la tierra,
y cuando a la eternidad mis ojos abra,
que tus brazos abiertos me reciban.
Mi pastor por siempre,
Dios de mi vida.
Déjame morar en tu presencia,
hasta el final de mis días en la tierra,
y cuando a la eternidad mis ojos abra,
que tus brazos abiertos me reciban.
Mi pastor por siempre,
Dios de mi vida.