La tristeza no es tuya,
La tristeza no te pertenece.
No naciste triste…
Tu primer llanto fue de sorpresa ante la magnificente luz que te dio la bienvenida porque muchos aquí en el reino celestial nos alegramos con tu nacimiento y estábamos extasiados imaginando lo hermosa que sería tu sonrisa.
Es verdad que muchas personas a tu alrededor tal vez no te amaron ni te valoraron. Ellos no sabían de los planes que yo tenía para ti, pero desde el momento en que naciste tus ángeles protectores te recibieron entusiasmados. Ángeles que yo he enviado para cuidarte en todos tus caminos. Guardianes quienes, desde ese día, siempre han estado ahí mirándote cuando intentaste volar, levantándote cuando parecías caer, sosteniendo tus brazos cuando parecías desfallecer…
TU NACISTE ALEGRE,
con tu sonrisa y tu felicidad divinas e inocentes, regalos de tu Padre que te ama.
Pero… de este mundo aprendiste que después del golpe, viene el dolor, y con el dolor la herida.
Herida tras herida como cinceles de maldad, golpe tras golpe, intentaron destruir tu regalo de felicidad y quisieron dejar esculpida en ti, esa tristeza… esta tristeza…
Esa tristeza no es tuya, esta tristeza no te pertenece.
No naciste triste, naciste alegre, tan feliz y alegre como yo, tu Padre Omnipotente, siempre junto a ti, te cuido, te protejo, guardando silencio cuando con amor te contemplo, cantando alegre cuando junto a ti me regocijo. Siempre estoy alegre y feliz contigo y no quiero que estés triste.
Sanaré hoy tus heridas, borraré tus cicatrices, quitaré tu dolor. Aún en tu más difícil situación, reavivaré en ti la felicidad que te regalé cuando naciste.
Dímelo…dime que aceptas mi regalo de amor, dime que recibes mi paz y tu felicidad.
Créeme con toda tu alma y a pesar de cualquier dificultad vivirás en tranquilidad, ya no estarás triste.
Amén