Mike y Kerry pasaron por uno de los peores momentos que puede pasar un ser humano: decidir la muerte de su pequeño hijo Dylan.
Dylan se encontraba recluido en el Hospital conectado a un respirador artificial, debido a un cáncer de pulmón, el cual le había hecho fallar todos sus órganos.
Con una cantidad mínima de oxigeno llegando a su cerebro, y sin la posibilidad siquiera remota de recuperarse, los doctores expusieron a los padres las opciones que tenían: o mantenían al pequeño conectado al respirador alargando su agonía o lo dejaban descansar desconectándolo y dejándolo partir.
«Estaba muy claro que él estaba sufriendo. El nivel de oxígeno había descendido mucho cuando ellos nos pidieron que tomáramos la decisión de desconectar los aparatos”, dice Kerry.
En última instancia, estos padres jóvenes consideraron dejar partir al pequeño, ya que ellos veían su sufrimiento.
Cuando llegó la hora de desconectar al pequeño Dylan, todos estaban reunidos en su habitación, a la espera de la hora final, pero minutos antes de desconectar al pequeño, ocurrió lo inimaginable: Dylan se despertó y comenzó a recuperar el movimiento, antes el asombro de todos, quienes no podían creer lo que ocurría.
En ese mismo momento un Doctor entraba a la sala con los últimos exámenes de Dylan en la mano, en donde se confirmaba que milagrosamente sus órganos habían vuelto a funcionar correctamente. Poco a poco el pequeño fue recuperándose, hasta el día de hoy.
Dylan hoy disfruta de la vida con sus amorosos padres, quienes a pesar de la decisión que habían tomado, agradecen hoy en día a Dios por este milagro que ocurrió en sus vidas, del cual son testigos día a día.
Pensar que solo unos minutos marcaron el antes y el después de este pequeño, que pudo haber muerto antes de darle tiempo a su cuerpo de reaccionar.
De ahí que muchas personas se pronuncien en contra de estas alternativas médicas ¿Qué opinas? ¿Debe un familiar decidir si desconectar o no a un ser querido? ¿Deberían esperar a que sea su tiempo?
