No te rindas, estoy trabajando en el milagro que pediste. Te hice esperar un tiempo, pero con un propósito especial. Te bendeciré abundantemente, es verdad, te daré inteligencia y sabiduría para que logres muchas cosas. Tu futuro es único, mis planes para ti son diferentes. No pongas tu mirada en cómo yo bendigo a otros, no te compares con los demás. Ciertamente te bendeciré y multiplicaré tus dones de una manera poderosa. Naciste para triunfar, te convertirás en bendición de muchos, así lo he determinado y así será. Todo lo que te doy es para tu beneficio, para tu crecimiento, para que vivas siempre en gozo y libertad. Tú también entiendes cuando te pido que cada día dobles tus rodillas, inclines tu corazón en oración ferviente, sin desmayar. Cuando sientas que enfrentas una nueva prueba, cuando es el tiempo de luchar contra el enemigo en batalla, la única forma de ganar es con tu oración,
Quiero escuchar tu voz, las regiones celestiales se sacuden cuando con fe me hablas, mantén tu fe despierta, que tu espíritu esté en alerta, no caigas en el sueño de aquellos que se desaniman y dejan de creer. Tendrás que alejarte de personas que, en vez de animarte, quieren que renuncies a tu fe.
Pero tú no eres de los que aceptan la derrota, tú no eres de los que pierden la pelea antes de empezar. Tú sabes que no luchas solo, tú has visto tantas veces cómo yo te he ayudado a triunfar. Estuve, estoy y seguiré estando contigo y cuando sientas que te debilitas, solo recuerda todo lo que te digo, medita, piensa, vuelve a leer. Tómalo en serio, esto no es un juego, si estás en la batalla no solo es para pelear, estás aquí para vencer y guarda esto en tu corazón, por nada debes de temer, deja la ansiedad atrás, puedes estar tranquilo. Aunque en el camino tropieces o vuelvas a fallar mi amor por ti siempre será el mismo. Dime ahora que me crees, que no te darás por vencido.
Amén