Quizás ahora te rodean tinieblas de decepción. Quizás el día de hoy no fue tan bueno como esperabas. Sin embargo, agradécele a Dios por un día más. Confía en Él e inclúyelo en tus planes y vuelve a comenzar mañana con más ganas, pues los planes de Dios son mejores que los nuestros, deja que Él haga Su voluntad en tu vida.
«Descanso en tus brazos, me
entrego a tu paz.
Renueva mis fuerzas,
inspírame al soñar;
que mañana despierte con
Tu Palabra en mi mente.
Confío en tu amor, Señor
omnipotente.
Por otro día de vida tomado
de tu mano. Gracias mi Dios,
¡muchas gracias!»
AMÉN
Hermes Alberto Carvajal