Amado Padre, Dios creador, dueño del cielo y la tierra, que permites al sol brillar y calentarnos, a la lluvia caer y regar la tierra, al viento soplar y refrescar nuestro cuerpo del calor, gracias por un nuevo día, por las expectativas que este día trae, y por la oportunidad de poder despertar a él.
Gracias por tu cuidado durante la noche, por el descanso y las nuevas fuerzas para afrontarlo.
En esta nueva jornada que inicia te pido que me permitas en Tu gracia las fuerzas, la sabiduría, la paciencia y el enfoque para salir adelante con los retos que pudieran presentarse en mi camino en este día.
Gracias porque sé que si tú vas de mi lado podré superar cualquier adversidad y situación que se ponga en mi camino, y confío que será de manera airosa pues tú has dicho que a los que te aman todas las cosas les ayudan a bien.
A ti clamo, oh Dios pues tu eres mi roca y mi refugio; escucha a la voz de mi ruego y responde conforme a tu propósito en mi vida, pues estoy en plena confianza de que, como has dicho, tus planes para mí son planes de bienestar y no de calamidad, para darnos un futuro y una esperanza.
Por esto, oh Señor, pongo en tus manos este nuevo día. Que tu infinita gracia me cubra, que me libres del mal y de peligros con tu poderosa mano, pues solo tú puedes librar mi vida del mal que pudiera atentar contra mí.
Deposito hoy en ti toda mi esperanza, confianza y gratitud. Me deposito por completo en Tus manos y espero confiadamente en que tus propósitos son para mi crecimiento y desarrollo.
Que pueda verte y escucharte, que el trajín del día no me distraiga ni desenfoque de tus propósitos, y que pueda yo serte útil aun en medio de los quehaceres.
Gracias amado Dios. En el nombre de tu Hijo Jesús, Amén.