Muchas veces las relaciones matrimoniales tienden a fracasar, generando preguntas acerca de lo que es mejor para uno, la familia… Y lo más importante, si Dios podría estar de acuerdo con esa separación…
El divorcio es un tema delicado para muchas personas, pero ¿qué dice realmente la Biblia sobre el divorcio? En este artículo, profundizaremos sobre algunos pasajes de las Escrituras que tratan este tema, para que puedas sacar tus propias conclusiones.
La Biblia y el divorcio
En el libro de Mateo 19: 4-6, Jesús dice: “¿No habéis leído que el Creador en el principio los hizo varón y hembra, y que dijo: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se adherirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre.” Jesús deja claro que el divorcio no es lo que Dios quiere para el matrimonio, pero también hay excepciones que lo podrían permitir.
En el libro de Mateo 19:9, Jesús dice:
“Y os digo que cualquiera que se divorcia de su mujer, excepto por causa de fornicación, y se casa con otra, comete adulterio”.
La fornicación es la única excepción que permite que un matrimonio sea disuelto. La fornicación se refiere a la infidelidad sexual de uno de los cónyuges. Si se da este caso, la separación puede ser aceptable a los ojos de Dios.
El apóstol Pablo también habla del divorcio en 1 Corintios 7:15:
“Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios”.
Si uno de los cónyuges no es creyente, y elija separase del otro, podría ser aceptable para Dios hacerlo. La idea es buscar la paz, no la discordia.
En Malaquías 2:16 se lee:
“El hombre que aborrece y repudia a su esposa —dice el Señor, Dios de Israel—, cubre de violencia sus vestiduras”, dice el Señor de los Ejércitos.
Así que cuídense en su espíritu y no sean infieles.
Dios trae el matrimonio como un pacto sagrado y es su deseo que ambos cónyuges lo mantengan. Sin embargo, cuando situaciones extremas o pecaminosas se presentan, el divorcio puede ser la única salida.
Conclusión:
Como podemos ver, la Biblia habla sobre el divorcio y, aunque no es lo ideal, hay excepciones que Dios mismo permite como la infidelidad y la incredulidad.
La decisión de divorciarse no es fácil y debe ser tomada con mucho cuidado, pero es importante recordar que Dios siempre quiere lo mejor para su pueblo y está allí para guiarnos en momentos difíciles. Si estás pasando por una situación de divorcio, es importante orar y tener en cuenta los valores y principios bíblicos para tomar la mejor decisión.
Consulta con tu pastor o líder espiritual para que te ayude a analizar los pasos que debes dar. La opinión de creyentes maduros en la fe, ayuda mucho. Pero al final, eres tú quien tiene la última palabra. Por tanto, que esta sea guiada por nuestro amoroso Padre Celestial.
