Soy tu Padre, tu Dios, y hoy he venido a encontrarte en un momento de prueba y lucha. Tus sentimientos han sido aplastados por la crueldad del mundo y por la insensibilidad de quienes no conocen el verdadero amor.
Pero si tan solo grabas en tu corazón que tu Padre te ama más que nadie, y si crees con toda tu alma que Él siempre quiere y tiene mejores planes para ti, entonces te podrás levantar cada mañana con el poder divino que te llevará a saltar muros y romper cadenas y maldiciones.
Eres mi hijo, te lo dice tu Padre Celestial, y mis hijos triunfan sobre toda circunstancia.
Antes habías vivido tiempos de soledad y tristeza, hoy empezarás a conocer y a entender lo que es vivir bajo la sombra protectora del omnipotente. Muchos de los sueños que viven en tu alma han sido sembrados por mí. Tus sueños, son sueños divinos.
Te conozco desde antes de la fundación del mundo. Es tiempo de recibir tu bendición y saborear la felicidad y la paz, pero no te detengas. Sigue y lucha y ahora con más ímpetu, con más ganas, con más fuerzas motivado por el fuego del amor, por esa llama ardiente que llevas en tu corazón.
Se abrirán para ti las ventanas de los cielos que habían estado cerradas. Te amo y quiero lo mejor para ti, deseo bendecirte, me agrada que me creas. No dudes de ti mismo, no dudes de mi amor.
Tienes que levantarte y resplandecer. No para tratar de agradar a nadie, ni para que seas admirado y aplaudido, recibe lo que te digo, tu éxito causa que la gente me alabe, me honre, me busque, me adore.
Me gozo cuando tu resplandeces, me pongo triste cuando te menosprecias a ti mismo y permites que pensamientos de tristeza y derrota aprisionen tu mente, pero este día todo eso se acabará, eres libre, acepta con alegría esta libertad.
Comparte estas palabras con un amigo o amiga y siéntete feliz de creer a mis palabras, te estoy bendiciendo, estoy muy contento contigo.
Te amo, Amén.