En nuestro paso por la vida vamos cargando todo tipo de cargas, a veces absurdas. En nuestro afán no nos damos cuenta de que muchas de estas cargas ni siquiera nos pertenecen. Pero esta carga se hace cada día más pesada hasta llegar a ser insostenible.
Nuestra autoestima juega un papel muy importante en la manera como vemos estas situaciones a lo largo de toda una vida. No obstante, la clave en este caso es la autoestima como un rasgo de la personalidad, la cual se encarga de evaluar estas cargas permanentemente.
Es por tanto, la personalidad la encargada de transformar este peso, ya sea en un calvario o por el contrario, en una experiencia enriquecedora.
Es una simple, pero auténtica verdad: para lograr disfrutar esta vida es fundamental que te sientas bien contigo misma. También es preciso que confíes en ti misma y aprendas a ser flexible en las situaciones conflictivas, ya que no siempre podrás tener el dominio de una situación. Sin embargo, la personalidad puede hacer la diferencia entre el éxito o el fracaso.
Para lograr la comprensión de este concepto sobre la autoestima es importante reconocer cuál es la percepción que tienes de ti misma. Conocer a fondo esta impresión de ti misma es un poco difícil, ya que consciente o inconscientemente tenemos una imagen de nosotros mismos, que muchas veces no es la que ven los demás. Es decir, lo que pienses sobre ti puede o no estar apegado a la realidad, y es por esto que una persona ordena su conducta con la finalidad de protegerse psicológicamente y tratar de esta manera de mantenerse en equilibrio.
Es preciso que encuentres un equilibrio. Revisa tus niveles de autoconfianza, autorespeto, tus sentimientos de competencia y autovalorización. Si logras subir tu autoestima, te sentirás competente y valiosa, pero si dejas que la baja autoestima domine tu vida, siempre estarás inconforme con tu vida.
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