Hola:
Quisiera contar estos pecados y que alguien me diera consejos porque necesito la ayuda de Dios.
Tengo 31 años y una hija preciosa de 5 añitos. Ella es la que ha hecho que le entregue mi corazón al señor. El año pasado fue muy duro para mí, pues siempre creí en Dios… pero me involucré en las cosas de los santos y en mucha brujería mala; y a través de esto llegó a mis oídos que mi hija podría tener una vida corta y casi me volví loca.
En esos tiempos estaba con el padre de mi hija, el cual desde que comencé el embarazo hasta la edad de la niña, lo único que hizo fue maltratarme y tener malos vicios. Eso me volvió una madre sufrida y triste al lado de mi hija, la cual era testigo de todas las cosas tristes que me pasaban. Así logré salir de todo esto, perdiendo mi casa y todo por salir de ese abusador.
En esos tiempos yo iba a viajar a México y tuve que llevar a la niña con mi madre para poder lograr una mejor vida, pues soy de Cuba. En mi primer viaje conocí a un hombre y me enamoré de él desde que lo vi, pensé que había encontrado la felicidad en él cuando me habló. Yo iba sola sin apoyo de nadie, fui a México en busca de una mejor vida, pero no sabía nada de ese mundo ni conocía a nadie allí. El fue mi apoyo cuando estuve sola, mi guía en un país extraño. Siempre extrañe a mi niña y cuando podía me iba a Cuba, todavía el padre de la niña estaba que no quería irse de la casa, hasta que logré venderla y se fue.
En ese entonces este muchacho que conocí vivía en Cuba con sus padres y me brindó su casa. Siempre fue todo un amor conmigo, sólo había un problema, él era casado…
Ahí fue donde comenzó mi segundo dolor, pues fui cogiéndole cariño hasta que me enamoré de él. Yo tenía una situación difícil, una niña sin hogar y una familia lejos que no me apoyaba, en fin, él fue todo para mí.
Así ha pasado un año de viajes, felicidad y tristeza con él. Digo tristeza porque nunca quiso dejar su vida por mí, yo le entregué mi corazón y puse mi vida en sus manos. Confíe en él y todo fue para nada. Un día decidí no creer más en santos, pues él me pedía que creyera en Dios, que no había nada más grande que Él, y así fue que empecé a creer poco a poco en Dios. Decidí dejar mis santos y darle mi corazón a Dios, pero luego me llegó la peor parte de toda esta historia, y la que más hoy estoy sufriendo.
Al enamorarme de él, fui bruta y le exigí que dejara a su mujer. Hasta cometí el error de visitar su casa en México. Para mí fue la tristeza más grande cuando supe que nunca dejaría a su esposa, y que lo mío fue sólo un pasa tiempo para él.
Ya hace tres meses que no quiere saber de mí. Así, ese gran hombre se convirtió en una mala persona, pues por rabia e impotencia un día por culpa de mi soledad y desesperación me puse a chatear vía Facebook con un muchacho y dije cosas que nunca debí y todas estas cosas él las descubrió un día cuando sin querer deje el Facebook abierto y ahí fue su gran justificación para decir que ya se acabaría todo. Desde viajes pasados todo ha cambiado mucho, me grita, no me respeta y hasta golpes me ha dado. No quiero pecar más ni pensar que nada solucionara esta gran tristeza, nada más que Dios.
Meses atrás fui a la casa de Dios y fui bendecida. Le pedí por mi familia, por él y para que me ayudara, pero nada cambia sino que todo empeora. Ya son muchas cosas para un solo corazón. Hoy estoy en México lejos de mi hija luchando por sus papeles para traerla conmigo y para darle una vida mejor. He cometido más pecados, pero quiero hoy darle mi corazón a Dios y que Él esté conmigo. Le pido que me de fuerzas para aceptar la dura realidad de que se acabó nuestra relación y que Dios me ayude y me diga que no estoy sola. Deseo que la tristeza que tengo no llene mi corazón de odio ni recelos, pues estoy aquí donde tiene su casa llena de fotos con su esposa, y hoy, por el sacrificio de ser mamá estoy aquí aguantando maltratos y decepciones. Necesito que Dios apiade el corazón de este hombre y paren sus maltratos, pues esto duele mucho.
Gracias y bendícenos a todos y perdónanos por nuestros pecados.
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Aconseja a nuestra amiga. Ella necesita un consejo sabio, no alguien que la haga sentir que ella no puede superar este episodio tan grave en su vida. Te recuerdo lo que dice la biblia:
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