Dios quiere tu éxito y mucho más

«¿No quiere Dios que tengas éxito?»

Esa es una interrogante que muchos se plantean cuando quizás, no le dan un ascenso o pierden una oportunidad de negocios o empleo importante.

Claro que Dios quiere que tengamos éxito siempre. Pero, quizás para nosotros tener éxito es diferente de lo que significa éxito para Dios.

Él quiere que tengamos éxito en nuestra obediencia y fidelidad a Él y a Su Palabra (Josué 1: 8), y en nuestro desarrollo del carácter de Cristo.

¿Quieres tener éxito en las áreas que son importantes para Dios? ¿Quieres impresionarlo a Él en lugar de a otros? Entonces aquí varias cosas que Dios quiere más que nuestro éxito:

Dios quiere nuestra humildad

Dios sabe mejor que nosotros cómo el éxito personal puede hacer que nos alabemos a nosotros mismos, en lugar de a Él. La Escritura instruye: “Humillaos en la presencia del Señor, y él os exaltará” (Santiago 4:10). En lugar de entregarnos el éxito y la vanidad, Dios quiere que vivamos humildemente, de acuerdo con Su Palabra, y esperemos Su promoción:

Salmo 75: 6-7

Porque ni de oriente ni de occidente, Ni del desierto viene el enaltecimiento. Mas Dios es el juez; A éste humilla, y a aquél enaltece.

En lugar de orar por el éxito en un negocio, en tu trabajo, finanzas o vida personal, ora por un corazón humilde para que Dios pueda confiar en ti con todo lo que te haga rodearte de increíbles bendiciones.

Dios es más grande

Porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado (Lucas 14:11).

 

Dios quiere nuestra fecundidad espiritual

A lo largo del Nuevo Testamento, se nos exhorta a crecer espiritualmente y en el carácter de Cristo.

Colosenses 1:10

“para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;”

En Gálatas 5: 22-23, se nos da una lista de los frutos del Espíritu: rasgos de carácter que emulan a Cristo y constituyen la medida del éxito de Dios para nuestra vida espiritual: amor, gozo, paz, paciencia, bondad, fidelidad. dulzura y autocontrol. Estos rasgos son evidencia del crecimiento espiritual de quienes somos cristianos.

Si tener mucho dinero, ser influyente, ganar reconocimiento o incluso lograr éxito personal nos impide exhibir estas características, Dios puede hacer lo que sea necesario para evitar ese tipo de «éxito» en nuestras vidas para que así consigamos desarrollar los rasgos de carácter que emulan a Jesucristo. Su objetivo es que seamos maduros y demostremos cualidades espirituales. Cuando mostramos el fruto del Espíritu en nuestras vidas, estamos viviendo «exitosamente» a los ojos de Dios.

Dios quiere nuestra obediencia y entrega

“Y Samuel dijo: ¿Se complace Dios tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Dios? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros” (1 Samuel 15:22). Dios le quitó el reino de Israel al rey Saúl y se lo dio a David, a quien describió como “un hombre conforme a mi corazón; él hará todo lo que yo quiero que haga” (Hechos 13:22). Dios equiparó la obediencia y la entrega con el éxito y la capacidad de ser un gran líder.

Jesús dijo:

El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. (Juan 14:21). Según Jesús, la obediencia a Dios es evidencia de nuestro amor por Él y una fórmula para el éxito espiritual.

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