Muchas veces nos encontraremos con personas que tienen mucho más dinero que nosotros, y hasta nos encontraremos con personas muy crueles, que a pesar de ser malos, tienen mucho dinero el cual usan para el mal.
¿Qué sientes al ver esto? El ver esto muchas veces nos causará cierta molestia, pues se nos hará difícil comprender por qué estas personas tienen tanto dinero a pesar de que utilizan sus recursos para fines malignos.
El salmista David también observó esto, pero él comprendía la voluntad de Dios y por eso escribió el salmo 37, dándonos unos consejos muy importantes los cuales nos ayudarán a comprender que actitud es la que debemos de tomar ante una situación así.
1) NO NOS IMPACIENTEMOS CAUSA DE LOS MALIGNOS.
“No te impacientes a causa de los malignos…” (Salmo 37:1).
Uno de los principales errores que cometemos cuando vemos como prosperan las personas malignas es perder la paciencia, pues cuando vemos como prosperan las personas malas muchas veces nos hace pensar en que no tiene sentido seguir esperando con paciencia a que Dios obre a nuestro favor. Pero este es uno de los peores errores que comete un cristiano, pues cuando un cristiano pierde la paciencia juntamente con ella pierde el gozo y la alegría. Por esta razón, es muy importante no perder la paciencia.
Los versículos posteriores nos menciona un consejo bastante importante:
“Guarda silencio ante el Señor, y espera en él.
No te alteres con motivo del que prospera en su camino,
Por el hombre que hace maldades” (Salmos 37,7).
Pues lo que un cristiano tiene que hacer es simplemente esperar con tranquilidad y confianza en Dios, sin alterarse para no perder de ese modo la paciencia, ya que cuando una persona pierde la paciencia inmediatamente empieza a perder la paz y cuando un cristiano empieza a perder la paz, empieza a llenarse de amargura y enojo. Razón por la cual luego empieza a desear hacer lo malo.
Sin embargo, Dios nos dice que no lo hagamos y que, por el contrario, dejemos de lado y desechemos estos malos sentimientos.
“Deja la ira, y desecha el enojo;
No te excites en manera alguna a hacer lo malo” (Salmos 37:8).
2) NO DEBEMOS TENER ENVIDIA DE ESAS PERSONAS
“…Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad» (Salmo 37:1).
Otro de los errores que cometemos es tener envidia de las personas malas, usando muchas veces frases como: “Yo quisiera tener lo mismo que tiene él”, “es injusto que él tenga tantas cosas buenas, yo las quiero”, “él no se merece tener esas cosas, yo sí”, etc.
Pero al hacer esto dejamos de lado el que nosotros, los cristianos, tenemos la mayor bendición de todas y esta es contar con la ayuda y protección de nuestro Dios, siendo el mismo el dueño del oro y de la plata y, por tanto, el que nos bendecirá.
Lo que tenemos que hacer es confiar en que Dios quiere bendecirnos en gran manera, a tal punto que podremos ser de bendición para otros también.
Y la razón por la que no debemos tenerles envidia es porque en su determinado momento sus riquezas se le podrán acabar y se quedará sin nada. Sin embargo, aunque nosotros lo perdamos todo aun seguiremos con Dios y, por ende, tendremos lo mejor de todo.
“Porque como hierba serán pronto cortados,
Y como la hierba verde se secarán” (Salmo 37,2).
3) CONFÍA EN DIOS Y PROCURA HACER SOLO EL BIEN
“Confía en el Señor, y haz el bien;
Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad” (Salmos 37:3).
Lo que tenemos que hacer a pesar de todo lo que podamos ver en las personas malas es confiar en Dios, considerando que él es nuestro proveedor y nos dará siempre lo que necesitamos, pues Dios sabe de qué tenemos necesidad y además planea usar nuestras vidas para bendición de otros.
“Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición” (Génesis 12:2)
4) DISFRUTA TU VIDA COMO CRISTIANO
“Deléitate asimismo en el Señor,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón” (Salmos 37:4).
Muchas veces. Al ver a una persona mala con mucho dinero, el cual lo usa para malas cosas, nos puede causar cierta molestia y hasta molestarnos de ser cristianos como lo hizo el salmista Asaf al encontrarse en una situación así: “Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón,
Y lavado mis manos en inocencia” (Salmos 73:13).
Sin embargo, el rey David, nos dice que tenemos que DELEITARNOS. O sea, alegrarnos o gozarnos de que hemos lavado nuestro corazón al buscar hacer la voluntad de Dios, pues a todos los que se sienten DICHOSOS de ser hijos de Dios, él les concede las cosas que han estado anhelando en su corazón, siendo esta una recompensa por su amor a Dios.
5) ENCOMIENDA A DIOS TU CAMINO Y CONFÍA EN LO QUE ÉL DECIDA HACER
“Encomienda al Señor tu camino,
Y confía en él; y él hará” (Salmos 37:5).
Algo muy importante que tenemos que hacer cuando empezamos a sentir, aunque sea “un poquito”, de envidia por las personas malas que tienen más que nosotros es entregar a Dios nuestra vida, y digámosle que haga como él quiere, confesándole el malestar que hemos sentido al ver a esas personas malignas. Pero que, sin embargo, confiamos en lo que Dios quiera hacer con nuestra vida; sin importar lo que decida hacer, pues la voluntad de Dios siempre es buena y tenemos que confiar en esa voluntad para que así, Dios pueda obrar.
Tenemos que confiar en Dios porque Dios espera esto de nosotros y porque con Dios siempre tenemos lo mejor, por lo cual el salmista David menciona algo que llegó a comprender en su vida y esto es que, Dios bendice a todos los que confían en Él.
“Joven fui, y he envejecido,
Y no he visto justo desamparado,
Ni su descendencia que mendigue pan” (Salmos 37:25).