Usa mi vida, Señor, pues quiero servirte con todas mis fuerzas. Soy como barro en manos del alfarero, y aunque indigno soy, transfórmame, usa mi vida para bendecir a otros…
Haz esta oración al iniciar tu día:
«Buenos días, Señor, en
humildad y con confianza
vengo a pedirte que en
este bello día uses mi
vida para traer felicidad
a mi familia y a todo
aquel que encuentre en
mi camino.
Amado Dios, gracias…
AMÉN
Hermes Alberto Carvajal
Estar dispuestos a servir a Dios en todo momento es uno de los frutos de alguien que realmente a conocido y ha gustado del poder divino.
Los apóstoles y otros que murieron por Jesús, por ejemplo, no dieron su vida solo porque querían ser bien vistos o admirados por la gente. Ellos estuvieron dispuestos a predicar a pesar del tormento y del peligro de perder sus vidas porque habían visto la gloria de Dios. Nadie se los había contado.
En estos días es contada la gente que quiere servir a Dios, y servir a los demás, con todo el corazón y motivados por la única motivación posible, que el amor de Dios es real y la salvación de Jesús es real y necesaria para todos.
Servir tan solo para sentir que estamos haciendo algo útil, no es la motivación correcta. Si conoces a Dios, tu sabes de lo que te estoy hablando.