“Así pues, los que sufren según la voluntad de Dios, entréguense a su fiel creador y sigan practicando el bien» (1 Pedro 4:19).
No hay sufrimiento que no pase por las sagradas manos de Dios. Nada sucede o acontece que Él no permita o tenga planeado usar para nuestro bien.
Hay muchos seguidores de Jesús que tratan de resolver los problemas que emanan del sufrimiento diciendo que no es la voluntad de Dios.
No obstante, debemos entender que si pecamos y no presentamos ese pecado a Dios, reconociendo que fuimos comprados por la sangre de nuestro Salvador, podemos pagar por la consecuencia de ese pecado a través de una disciplina dada por Dios. Nuestro Padre corrige a Sus hijos y lo hace para salvarlos de las manos del enemigo.
En otras palabras, nuestro sufrimiento pudiera ser consecuencia de algún mal que hemos hecho, pero, ya no vivimos bajo la ley sino bajo la gracia. Dios no quiere que suframos, Él quiere que disfrutemos de Sus bendiciones aún estando en este mundo.
A nadie le gusta la disciplina, pero es necesaria, recibe tu corrección y derriba esa pared que te separa del amor del Padre.
«He aquí, cuán bienaventurado es el hombre a quien Dios reprende; no desprecies, pues, la disciplina del Todopoderoso» Job 5:17.
Nunca debemos deshonrar a nuestro Buen Dios pensando que, al sufrir, Él ha soltado las riendas o perdido el control. Los caminos del Señor son desconocidos para nosotros, pero son Sus caminos y son caminos correctos, porque en Su perfecta voluntad somos parte de un plan redentor, que convierte nuestra tristeza en baile.
Por lo tanto, nuestro único deber como seguidores de Cristo, es confiar plenamente en Dios y entender que Él es fiel y que solo se preocupa y actúa acorde a los mejores intereses para cada uno de sus hijos.
El sufrimiento no está fuera de la voluntad de Dios, está en su sagrada voluntad. Esto es cierto incluso cuando el maligno es la causa inmediata. Dios es soberano sobre todas las cosas, eso incluye nuestro sufrimiento y toda obra del maligno.
¿Por qué se le denomina a Dios «Creador»? Pues, es para enfatizar su soberanía completa y comprensiva sobre tu vida y todo lo que encuentres. Es imposible negar el Gran Poder de Dios, la creación proclama que Él es el Todopoderoso.
¿Cómo ser fiel cuando nos encontramos en el sufrimiento?
Nuestras emociones y aquello que sentimos son herramientas que nos ayudan a comprender lo que está pasando, pero no definen lo que pasa.
Cumple tus promesas, Dios jamás te va a desamparar. Trabaja todas las cosas para su bien y su Gloria. Usa el sufrimiento para conformarte y refugiarte en Cristo. Lleva tu sufrimiento de manera plena al reino eterno del Hijo de Dios.