Señor del cielo y la tierra, Dios todopoderoso, tu palabra llena nuestro corazón, tus promesas alegran nuestra alma. Porque cuando el conflicto amenaza y el enemigo está a la puerta gritándonos que no nos amas, viene tu Espíritu cual paloma blanca y reposándose sobre nuestro hombro nos susurra dulcemente, nos canta, que tú estás feliz de que te busquemos y que pongamos ante ti todo lo que somos. 
Tú nos responderás con lluvias de gracia, bendiciones santas, que fueron ganadas en una cruz con dolor y sangre, con lágrimas, sacrificio que solo puede ofrecer el amor de un padre que en verdad nos ama. Y por ese maravilloso amor, una vez más te damos gracias, Amén
Humillarse ante Dios es lo mejor que cualquier persona puede hacer. Nuestra naturaleza humana es falible, estamos limitados en cuanto a conocimiento y certeza de las cosas que pasan y pasaran, nadie lo sabe todo, nadie. Nadie, ningún ser humano conoce el futuro exacto de cómo sucederán las cosas, por eso sería altanero y orgulloso decir que no necesitamos a Dios porque todo lo que viene ya está bajo nuestro control. Esa sería la más grande exageración y mentira del universo. Bueno, una de las más grandes. No, en realidad no tenemos nada en control.
Reconocer que Dios tiene el control es lo mejor que podemos hacer durante una etapa de conflicto, y también cuando todo nos va bien.
¿Porque se vienen abajo los imperios, los fuertes, los poderosos? Porque se les olvida quien es quien. Dios es Dios, El es el todopoderoso.
Ningún rey o presidente terrenal tiene más poder que Dios. Pero se les olvida y cometen errores, los cuales no quieren reconocer porque según ellos son perfectos, y eso los lleva a la perdición. Pero esto no nos pasara a nosotros, porque nosotros debemos y tenemos que reconocer que lo necesitaremos, siempre…
Escrito por Hermes Alberto Carvajal
