La fe nos exige tomar decisiones y emprender acciones incluso cuando no podemos ver el resultado. Debemos confiar en que algo más grande que nosotros está tomando el control, siempre. Creyendo que lo que hacemos será recompensado al final, porque le creemos a ese Dios poderoso que, y debemos admitirlo, luchamos por serle fiel. Dios sí es fiel con nosotros, sin limitaciones ni restricciones. Sin importar si caemos o nos levantamos… Él es fiel. Pero, volviendo al tema de este artículo, ¿qué significa cuando Dios nos dice que nos recompensará en público?
La recompensa de la fe
Dios promete recompensar a quienes depositan su fe en Él, y se toma en serio esa promesa. Recompensa a los creyentes fieles con dones espirituales, bendiciones físicas y reconocimiento público. Cuando Dios nos recompensa en público, esta es una señal de Su favor y un reconocimiento de nuestro compromiso con Él. También sirve como ejemplo para que los que aún no son creyentes vean las recompensas que vienen de confiar en Él. Se trata de nuestro testimonio vivo.
Recompensas de fe en la Biblia
Por su parte, la Biblia está llena de ejemplos de personas que fueron recompensadas por su fidelidad, como Abraham y María Magdalena. Dios prometió a Abraham que tendría descendientes tan numerosos como las estrellas del cielo; esta promesa se cumplió cuando sus descendientes se convirtieron en una gran nación (Génesis 22:17).
Con respecto a María Magdalena fue recompensada por Jesús después de que eligiera seguirle; se convirtió en una de sus más devotas seguidoras y estuvo presente en su crucifixión (Juan 19:25-27). Estos son sólo dos ejemplos de cómo Dios cumplió su palabra y recompensó públicamente a sus siervos fieles.
No pierdas las esperanzas, Dios cumple sus promesas
Es fácil dudar de las promesas de Dios o pensar que no se cumplirán, pero Dios siempre cumple su palabra. Así que, si te sientes desanimado o como si aún no hubieras sido recompensado por tu fe, recuerda que siempre hay esperanza porque Dios recompensa a aquellos que confían en Él con fe inquebrantable.
Es decir, puede que no siempre entendamos por qué ciertos acontecimientos se desarrollan de la manera en que lo hacen, pero si permanecemos fieles a Dios y obedecemos sus mandamientos, Él siempre encontrará maneras de recompensarnos, tanto en privado como en público.
Conclusión:
Cuando Dios te diga que recompensará tu fe, ¡créelo! Recuerda todas las historias de las Escrituras en las que Él ha hecho precisamente eso: desde que los descendientes de Abraham se convirtieran en una gran nación hasta que María Magdalena se convirtiera en una de las seguidoras más devotas de Jesús. Consuélate sabiendo que Él promete lo mismo para ti también.
No importa qué desafíos te presente la vida, pon tu fe en Él, ¡porque Él nunca falla! Con paciencia y perseverancia, puedes esperar una recompensa pública de Dios por tu fidelidad muy pronto.
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