Dios tiene el control de todo

Dios siempre tiene el controlDios tiene el control de todo. Así es, pero cuando las cosas se ponen difíciles y tu fe se siente como si estuviera al filo de una navaja, ¿cómo sigues confiando en Dios?

¿Alguna vez has sentido como si toda tu fe estuviera siendo probada en modo extremo? ¿¡Por qué a mí, por qué a mí!?

Tal vez has tenido esta inquietante sensación durante un período de intenso estrés, enfermedad o crisis personal. Quizás fue cuando te fuiste de casa para ir a la universidad o a otra nueva aventura. Es posible que ocurrió cuando alguien te traicionó o te decepcionó de alguna otra manera. O tal vez surgió de alguna otra prueba que cambió todo en tu vida.

Confiar en Dios: Un viaje de fe

Sí, es así, tenemos algo en común. Incluso las personas más fieles pueden tener momentos de vacilación en la confianza en Dios. No estás sola, solo… De hecho, ¡ese tipo de pruebas es algo bueno! Nos muestra dónde necesita fortalecerse nuestra fe y nos hace cristianos más fuertes a largo plazo.
¿No me crees? Sigue leyendo.

¿Por qué tu fe está al filo de la navaja? No te preocupes, Dios tiene el control de todo

Jesús dijo: «Por sus frutos los conoceréis». Eso se aplica también a tu fe. ¿Cuáles son los «frutos» de tu fe?

En otras palabras, ¿cuáles son los resultados de tu fe? ¿Te está ayudando tu fe a ser mejor persona? ¿Aporta paz y alegría a tu vida? ¿Te da esperanza, fuerza y confianza? ¿O te hace sentir ansioso, culpable y avergonzado?

¿Son preguntas profundas, verdad? Los resultados de tu fe son los mejores indicadores de lo fuerte que eres en este momento. Si tu fe está al filo de la navaja, lo más probable es que no sea porque seas una mala persona que no merece la ayuda de Dios. En la mayoría de los casos, es porque eres una buena persona que está pasando por cosas difíciles, horribles. Pero…

Concéntrate en el «por qué» de tu fe y confía en Dios.

Cuando estás luchando con mantener tu fe, es fácil centrarse en el «qué pasaría si…». ¿Qué pasa si tu fe no es lo suficientemente fuerte para verte a través de esta prueba? ¿Qué pasa si no ves el siguiente paso del plan de Dios? ¿Y si no estás a la altura de la fe de otros cristianos?

¿Te sigo haciendo preguntas incómodas, verdad? Puede ser difícil concentrarse en el «por qué» de tu fe cuando tu mente está llena de «qué pasaría si…». Así que el primer paso es centrarse en el «por qué» de tu fe. Pregúntate: «¿Por qué tengo fe en Dios?». No basta con tener fe en Dios; debes tener fe en las cosas correctas: Esto es Su Palabra.

Apóyate en amigos y mentores de confianza.

¿Quiénes son las personas en las que confías en tu vida ahora mismo? ¿A quién conoces que te escuche con gracia, paciencia y verdad? ¿A quién conoces que te ayude a centrarte en el «por qué» de tu fe?

¿Te sigo molestando con mis preguntas profundas, no es así? Tu fe se fortalecerá si te apoyas en personas de confianza durante la prueba. Algunas personas querrán aconsejarte o contarte cómo superaron una situación similar. Otros querrán animarte a ser positivo. Y otras querrán ofrecerte consuelo o simpatía.

Pero, si estás pasando por una prueba en este momento, una de las mejores maneras de fortalecer tu fe es apoyarte en personas de confianza, personas que comparten tu fe, tu esperanza en un Dios que todo lo puede. Personas que han estudiado la Biblia y conocen historias en ella que son similares a lo que te está pasando ahora mismo.

Deja que te ayuden a centrarte en el «por qué» de tu fe y que te animen a seguir confiando en Dios.

Confía en el proceso, no en el resultado.

Cuando estás experimentando una prueba o un desafío, puede ser fácil impacientarse con el proceso del plan del Señor y es hasta difícil de creer que Dios siempre tiene el control de todo.  Puede que estés ansioso por ver el siguiente paso, pues el tiempo de Dios no siempre es obvio.

¡Sí! No conocemos sus planes, pero sabemos que son perfectos. A veces, tendrás que esperar para ver cómo se desarrolla el plan de Dios después de una prueba. Otras veces, será simplemente una cuestión de confiar en la voluntad de Dios, en lugar de tus deseos.

Recuerda que el tiempo de Dios y la voluntad de Dios no son siempre lo mismo. Incluso en medio de una prueba, puedes confiar en el tiempo de Dios (aunque no lo entiendas). Y puedes seguir confiando en Su voluntad, parezca una locura o parezca no tener sentido, aunque no veas los resultados inmediatos que esperas, confía.

No intentes comprender todo el plan de Dios. Dios tiene el control

No tienes que entender nada, solo déjate llevar, Dios siempre tiene el control. Puede que sientas que necesitas entender por qué estás enfrentando esta prueba en tu vida. Puedes estar tentado a investigar a otras personas que han pasado por una situación similar y tratar de encontrar similitudes en tu vida. Puedes hacerlo, si estás buscando esas respuestas en la Biblia, de lo contrario, no lo hagas.

Tu prueba puede tener un propósito especial para tu vida que solo tú puedes cumplir. Y puede ser tan diferente de las experiencias de otras personas que nunca lo entenderás hasta el final. Tu prueba puede ser el resultado de tus propios pecados, de los pecados de otros, o de las decisiones soberanas de Dios en el universo.

Es más, puede estar relacionada con algo que hiciste hace años o con algo que hiciste la semana pasada. Puede estar relacionado con las elecciones de otras personas, o puede no tener nada que ver con ellas. Pero de todas formas, no te atormentes haciendo conjeturas, Dios tiene el control de todo.

Comprométete a hacer crecer tu fe después de que la prueba haya terminado.

En vez de cuestionarte incansablemente durante una prueba, suelta, confía. Es fácil obsesionarse con sobrevivir el próximo día o semana o mes. Puedes sentir que tienes que «ganar» esta prueba o soportarla sin ningún crecimiento espiritual. Pero el deseo de Dios es fortalecer tu fe para que puedas ser una mejor persona por el resto de tu vida.

Así es, su prueba puede estar llegando a su fin. Puede que te estés recuperando de una enfermedad o de una relación que terminó. Puede que estés a punto de graduarte en la universidad o de mudarte de casa. O puede estar enfrentando algún otro cambio importante en tu vida. Pero no dejes de hacer crecer su fe cuando la prueba haya terminado o esté en sus peores momentos.

Comprométete a hacer crecer tu fe después de que la prueba haya terminado. Tu fe no puede permanecer estática; tiene que crecer. Y solo crecerá si la sigues alimentando.

Finalmente, recuerda quién es Dios y lo que nos ha prometido.

Cuando tu fe está al filo de la navaja, es fácil olvidar quién es Dios y lo que nos ha prometido. Es fácil olvidar que Él es fiel, que nos ama y que siempre tiene el control. Es fácil olvidar que Él está trabajando en tu vida y quiere cosas buenas para ti. Cuando usted esté en medio de una prueba, puede parecer que todo se desmorona, pero tranquilo, tranquila… Dios está en control de todo.

Conclusión

Confiar en que Dios siempre tiene el control de todo es un viaje de fe. Mantener la fe cuando las cosas van mal y mantener la fe incluso cuando las cosas parecen ir bien, son los dos retos de este viaje. Tal vez estés comenzando este viaje, o tal vez necesites reavivar tu fe. Quizás te preguntes si alguien ahí fuera entiende realmente lo que significa confiar en Dios y caminar por la fe. Si es así, podemos recorrer juntos este camino juntos porque Dios es bueno…

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