Dios te hace tres peticiones: Ten fe, se paciente, se obediente.

Dios te hace tres peticiones: Ten fe, se paciente, se obediente.

La vida sigue, no hay tiempo de parar, ni lamentar las sorpresas del camino, ni para voltear nuestra cabeza hacia el pasado cruel que cuanto nos ha golpeado, que no nos fue benigno.

Muchas cosas sucedieron y lo que quiere tu enemigo es verte claudicar tu fe, que tires todo a la basura y te lances por una senda de odio hacia ti mismo.

 

Más Dios tiene otros sueños para ti, siempre claros y certeros. Un plan de bendiciones grandes, pero donde Dios, su presencia, su palabra serán para ti siempre lo primero.

Antes que otras cosas, antes que cualquiera de tus actividades, si quieres ver el poder divino obrando en ti, tendrás que darle a Él las primicias de tu amor, tu tiempo, tus esfuerzos y tus propios planes.

Dios quiere que tu fe no falte, que tu fuego no se apague, que tu alma se someta a la obediencia de Su Espíritu divino, quien cual paloma sincera, anunciará a tu oído cada día con palabras fuertes pero suaves:

“Estoy alistando para ti una mesa de bendiciones, en presencia de tus enemigos y te levantaré delante de todas las naciones.”

Pon atención a lo que te pido:

Ten fe, se obediente, persevera en la paciencia.

Por el mañana no tengas preocupación, yo te lo repito, lo que te toca a ti hacer es perseverar, obedecer y dejar todo en mis manos, por algo soy tu Padre y tu Dios.

El tiempo que te regalo cada día no es para que lo gastes en preocuparte, si decides no confiar en mí y entregarte a la ansiedad, ofendes mi cariño, atraes tristeza a tu alma y a tu cuerpo enfermedad. Pero te entiendo, a veces ya cansado y sin saber qué hacer, pierdes los estribos y siempre estaré a tu lado para recordarte que no he venido a juzgarte y que también soy tu amigo.

 

Yo Soy la mejor medicina para aliviar todos tus dolores, esos que apuñalan tu cuerpo con crueldad y aquellos que con espadas venenosas atraviesan el umbral de tus emociones.

En tu angustia, te respondo, en el peligro te protejo, en tu necesidad tienes mi ayuda, te he concedido mi apoyo para siempre, para ti, tu familia y todas tus generaciones.

Quiero tu fe, tu sinceridad, tu obediencia, tu perseverancia, tu tenacidad y persistencia. En mi, en mi palabra, en mi presencia.

Hijo de mi corazón, no temas, estoy contigo.

Escrito por Hermes Alberto Carvajal

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