Dios te dice hoy:
No terminarás este año con las manos vacías.
Ha sido un tiempo de luchas, pero también de bendiciones.
Ha sido un tiempo de aprendizaje, sentiste dolor, caminaste por el sendero de la dificultad.
Quien más que yo que te conozco bien y se lo que has sentido, en veces desesperado, en ocasiones demasiado dolido y en tiempos resignado a lo que la vida te traía, pero siempre algo dentro de ti te decía que Yo tu Dios, tengo mejores planes para ti.
Esa es mi voz, la que resuena en tu mente en medio del silencio, la que levanta tu animo cuando tantas aflicciones te han obligado a estar quieto.
A veces tan cansado, a veces triste, pero ¿lo recuerdas? Siempre mi voz te habla y te vuelve hablar directo a tu corazón, diciéndote con mi gentil voz:
Levántate, dame la mano.
Yo quito de ti lo cansado, lo desanimado, lo desesperado. Me llevo de tu mente los malos pensamientos, las amenazas de derrota con te llenan de aflicción y atormentan tu mente.
Tú lo sabes bien, no hay derrota, no hay vergüenza, si te aferras a mis pies, si extiendes tu mano, si levantas tu mirada y te encuentras con mis ojos que resucitan tu ánimo, que te alientan.
Yo soy EL DIOS DE LA VIDA. Yo renuevo tu mente y volveré a llenarte de sueños renacientes. Todas las cosas viejas han pasado, todos los fracasos, los malos momentos, todo lo negativo ha quedado atrás.
Pongo hoy en tus manos muchas cosas bellas, y empezarás el nuevo año construyendo nuevas sendas, te pondré a la cabeza y ahí crearás con mi poder nuevas oportunidades, abrirás nuevas puertas.
El año que empieza será un tiempo de bendición, de amor, de paz, de fuerza.
Un tiempo de convertirte en el líder que yo haré de ti. Fuerte como el acero, firme como el diamante.
Tu vida es muy valiosa para mí, tú tienes muchos sueños, y yo tengo un propósito, para ti tengo muchos planes.
Créeme hoy, no terminarás este año con las manos vacías.
Escrito por Hermes Alberto Carvajal.