EN LA PRESENCIA DE DIOS

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EN LA PRESENCIA DE DIOS

“Pero yo estaré cerca de ti, que es lo que más me gusta. Tú eres mi Dios y mi dueño, en ti encuentro protección; ¡por eso quiero contar todo lo que has hecho!” (Salmos 73: 28) (TLA)

Al ver las noticias y lo que acontece en el mundo de ahora, veo que la maldad ha aumentado. Y no me refiero a lo más evidente como los asesinatos, inseguridad, pobreza, desigualdad. No, me refiero a la maldad de cada hombre.

En el Salmo 73, Asaf narra cómo observaba a los orgullosos y malvados enriquecerse, todo les iba bien: gozaban de buena salud, sus riquezas aumentaban, no se preocupaban por el porvenir, y se burlaban de Dios.

Cada día, los hombres se alejan más de Dios. No lo consideran en su vida, ni en lo que emprenden. Ahora, los hombres solo piensan en progresar y ganar cada día más riquezas, tener más títulos y logros personales. Muchas veces sin importarles a quien arrasan en su camino para conseguirlo. El orgullo, la soberbia y autosuficiencia los domina. No necesitan de Dios.

El peligro de estos tiempos es que muchos de los que nos llamamos cristianos estamos como Asaf. Vemos a las personas del mundo prosperar, tener todo lo que su corazón desea y no preocuparse por las consecuencias de sus actos. Y comenzamos a preguntarnos ¿Por qué nosotros no? Si somos hijos de Dios, hacemos todo lo que agrada a Dios, le servimos; y sin embargo, nuestras angustias pueden llegar a ser mayores que los que no conocen a Dios.

Eso no tiene mucho sentido.

Déjenme recordarles unos cuantos versículos de la Palabra de Dios. No digo que el éxito personal este mal o sea pecado, pero veamos que nuestra visión puede estar nublada y estar confundidos. Dios es nuestro Padre y sabe de qué tenemos necesidad. Pero ¿Cuál es TU prioridad?

Seguramente, usted como cristiano o como alguien que dice conocer / creer en Dios se debe de haber preguntado es ¿Cuál es la voluntad de Dios para mi vida?

Cuando Dios creo al hombre, en el principio, sabemos que este podía estar ante la presencia de Dios. “Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y la mujer se escondieron de la presencia de Dios entre los arboles del huerto” (Génesis 3:8 RV60)

El hombre y la mujer fueron creados para vivir ante la presencia de Dios, pero el pecado los alejo. Sabemos que el mismo Dios mando a su Hijo Unigénito para remediar esto. Jesús es quien nos devuelve la oportunidad de acercarnos al Padre, es quien restaura la relación perdida.

“Jesús le respondió: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Sin mí, nadie puede llegar a Dios el Padre” (Juan 14:6 TLA)

Ciertamente, la voluntad y el deseo de Dios es que el hombre viva en comunión con Él. Dios lo anhela más de lo que alguna vez usted o yo podríamos necesitarlo

Le hablo a los que un día tuvieron un encuentro con Jesucristo y lo recibieron como su Señor y Salvador, le hablo a la Iglesia.

¿Hacia dónde estás mirando? ¿Cuál es tu prioridad cada día? ¿En qué o quién estás pensando con mayor regularidad?

Así como Asaf, a veces somos como bestias, tratamos de entender porque a ellos les va tan bien y parecen no preocuparse de nada, incluso llegamos a tener envidia o celos. Anhelamos tener todo lo que tienen, e incluso creemos que lo merecemos como buenos cristianos que somos…

Déjeme decirle mi querido hermano que no tendrá paz, ni satisfacción, no se sentirá realizado y no comprenderá nada hasta que pueda entrar humildemente a la presencia de Dios.

Dios quiere enseñarnos cosas grandes y ocultas. Quiere hacernos entender lo que nuestro corazón y razonamiento no entienden y no conocen. Pero Él no lo hará mientras nosotros no lo busquemos, ¡mientras no clamemos ante su presencia!

No entenderá que: Jehová es mi pastor, nada me faltara (Salmos 23:1), que Él tiene pensamientos de paz y no de mal para con nosotros (Jeremías 29:11), que nos ama con amor eterno y ha prolongado su misericordia (Jeremías 31:3), que tiene cuidado de lo que habremos de comer o vestir (Mateo 6:30), que Él suplirá todo lo que nos falte (Filipenses 4:19)

Y todo esto referido solo a sus necesidades.

Y con todo esto, ese no es el principal motivo por el que deberíamos entrar a la presencia de Dios.

Recordemos que la voluntad de Dios hacia sus hijos es que podamos habitar en Su presencia todos los días, es por eso que Jesús se fue a preparar morada para nosotros. Y mientras estemos en este mundo nuestra prioridad debería ser estar en la presencia de Dios mediante la oración, la lectura de la Biblia y el ayuno.

Pablo nos dice “sed llenos del Espíritu” (Efesios 5:18) él hace la comparación con el embriagarse con vino. Un versículo más arriba nos insta a no ser insensatos sino entendidos en cuál sea la voluntad de Dios: ser llenos del Espíritu.

¿Dónde se embriagara usted del Espíritu Santo? Solo en Su presencia. Pedro dijo: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna” (Juan 6:68 RV60) y no le dijo la mujer samaritana a Jesús: “Señor, dame de esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga a aquí a sacarla” (Juan 4:15 RV60)

Recuerdo que Jesús dijo: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33 RV60)

Y esa es la situación que muchos pasamos. Porque no podemos negar que hay muchas cosas que deseamos alcanzar. Y ver que otros lo tienen si dolerse por las consecuencias de sus actos nos puede atormentar.

Pero mi querido hermano, hoy recuerde que necesitamos acercarnos a la presencia de Dios una vez más porque solo allí entenderemos la verdad. Solo allí encontraremos paz. Y sobre todo ESA ES LA VOLUNTAD DE DIOS.

Su presencia debe de ser el lugar donde más le guste estar, no solo por necesidad sino por deleite, por amor. Y entonces como consecuencia querrá cumplir con la gran comisión que nos dejó Jesús. Sera lleno y pleno.

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