Si actualmente estás casado o si ya has perdido un matrimonio… posiblemente estos enemigos del matrimonio puedan ayudarte a reconocer por qué llegaron a esa conclusión de que “el fuego se acabó”. Como afirman muchos cuando terminan las relaciones conyugales.
Oponente No. 1: Falta de sentido común y madurez
Suponiendo que una pareja se casara porque -AMBOS- estaban locos el uno por el otro. Ya sabes, lo de siempre: malos hábitos alimenticios, higiene; ella no es tan buena cocinera como creías… problemas con el dinero, tu suegra opina en todo, etc. Estamos hablando de pequeñas cosas que pueden empezar a molestar.
Entonces, el oponente #1 (el primero en la lista, y cualquiera de estos adversarios podría hacerte la vida de cuadritos). Todo por falta de sentido común y también de madurez emocional.
Lea esta situación en la que se explica cómo surgen los problemas de matrimonio:
Fiordaliza y Evelio llegan a casarse y tienen una relación matrimonial. Lamentablemente, en la gran noche, Evelio ronca extremadamente fuerte. Fiordaliza piensa, “el pobre estaba muy cansado”. Exactamente, lo mismo la noche siguiente, y la siguiente, … y así durante un mes.
Por su parte, Evelio nota que Fiordaliza tiene malas prácticas de salud dental. Lupita le informa a Evelio sobre su problema de ronquidos. Evelio se angustia y ofende a Fiordaliza diciéndole que su «boca apesta».
Fiordaliza no pretendía molestar a Evelio, pero él no se midió e hizo sentir muy mal a su esposa. Se pelean y Evelio deja de hablar con Fiordaliza la mayor parte del día. Sin embargo, Evelio se queda roncando y Fiordaliza hace un mínimo de intentos por aminorar su mal aliento.
¿Qué pasa aquí? Nadie hace nada por mejor la situación. Este problema podría, aunque no lo parezca, parece ser la mecha que encenderá un gran incendio, si no se aborda de inmediato. Ambos necesitan conversar. Yo espero, mínimo, que se digan “lo siento”. Así como intentar ayudarse mutuamente con su problema.
Busque el motivo «de los ronquidos», así como quizás Fiordaliza deba ir al dentista.
Ambos, sin embargo, deberían tener la madurez suficiente para comprender y tolerar los errores y defectos del ser amado. ENTIENDE QUE SEGURAMENTE DESCUBRIRÁN MÁS PROBLEMAS con el tiempo. Además, es que, con la edad, surgirán nuevos problemas.
Este es uno de los enemigos del matrimonio que causa hasta una enfermedad No. 2: Falta de perdón
Historia real, extremadamente genuina:
Don Danilo estaba consternado porque doña Eleonora lo había echado de la casa. Necesitaba volver a estar «arrimado» en casa de su hija, ya que era la enésima vez que doña Eleonora lo echaba.
— Pero… ¿por qué echaron a don Danilo?
— Es que me «atraparon» al Dani con las manos en la masa. Lo atraparon con Verónica, la vecina de al lado. Aunque solo hablaron en la sala de su residencia, ella cree que la «hizo chiva» (le traicionó).
–Pero, don Danilo, ¿cuándo sucedió esto? Pensé que me diría que la tragedia aconteció hace un par de meses o la semana anterior… Pero me contestó:
– No, amigo, hace 25 años…
-¿What? (¿Qué?) Y, ¿actualmente te disculpaste?…
Sí, un millón de veces…
«Y… ¿Acaso doña Eleonora no lo ha perdonado?»
— Esa señora nunca, jamás me perdonará nada… ¡ay, chihuahua! …
Aunque parezca un caso cómico, es real.
La ausencia de perdón entre la pareja es sólo uno de los enemigos del matrimonio más dañinos. Por naturaleza, nos cuesta perdonar, y, si lo hacemos: siempre lo hacemos a medias. Si su esposo o su mujer cometieron un error significativo, tiene razón en sentirse muy mal. Pero si vas a perdonar, debes perdonar absolutamente y no al cincuenta por ciento. Obviamente, tomarás tus precauciones.
Si un día cuando regresaste a casa de un largo viaje a las 10 p.m. descubriste a tu otra mitad hablando con el vecino en tu dormitorio, después de eso no vas a permitir que esté más a solas con el vecino. Pero si ya se ha arrepentido y pedido tu clemencia y tú has decidido perdonarlo… bueno, lo más probable es que no sigas aconsejándolo o amenazándolo de vez en cuando, o adoptes una actitud vengativa silenciosa, pero perturbadora. Quiero decir que vas a estar recordándole con gestos, con detalles, con lágrimas, con suspiros, para restregar su error en su rostro cuando tenga la oportunidad.
Del mismo modo, el cónyuge no debería hacer esas cosas de restregar a la cara en cuanto lo recuerdes. El perdón debe ser definitivo.
No obstante, entrénate para perdonar, tanto perdonando como olvidando las pequeñas cosas (pero tomando medidas preventivas, por supuesto). Perdona, por completo, no al cincuenta por ciento.
¿ESTÁS ENTRE LOS QUE HUYEN DE SUS COMPROMISOS?
No lo creo. Pero el siguiente enemigo tiene que ver con la responsabilidad.
Enemigos del matrimonio muy comunes como este No. 3: No reconocer SU OBLIGACIÓN
Es posible que a muchos no les guste este consejo porque a estas alturas siguen luchando contra el enemigo número 1 del matrimonio: la inmadurez.
Tanto el esposo como la esposa están a cargo de HACER QUE LA RELACIÓN MARITAL FUNCIONE. No solo la mujer. No solo el hombre. (Menos los suegros, la familia y también los amigos cercanos de la pareja).
La obligación en este caso implica que tratas de hacer – también lo imposible – que tu matrimonio funcione.
Sin embargo, ¿por qué usted y no su pareja? Bueno, si su cónyuge lee esto, entonces también comprenderá que el deber es suyo. En verdad, ambos tienen la obligación de asegurarse de que «no falte absolutamente nada» en el matrimonio.
Si tu cónyuge es irresponsable y además inmaduro, es su deber cambiar. Sin embargo, es su obligación hablar con él e intentar que reconozca su problema. Debe ser inteligente, astuto y sabia, pero encontrar una forma de que él comprenda y reconozca lo importante que es para ambos resolver los problemas que están surgiendo.
Es posible, simplemente orar a Dios y también esperar que Dios haga cada pequeño milagro en su relación sin que usted haga nada al respecto. La Biblia no muestra eso. Pues las Escrituras dicen: “Encomienda a Dios tu camino, confía en Él y también Él ciertamente hará…
Una persona afirmó una vez: «Entonces, ya le dejé todo a él, no necesito hacer nada».
Ese es el tema (le respondí) intentamos escapar de todo deber. Primero, afirmaste que fue culpa de tu otra mitad. Y ahora el error será culpa es de Dios.
No amigo, tienes que agotar todas tus fuentes hasta el final, mientras haces todo eso, DIOS SEGURAMENTE ESTARÁ OBRANDO. El versículo que posiblemente te estás refierendo fue escrito en otro contexto. Hablamod de la cultura judía. De hecho he vivido entre judíos, así como les puedo decir que -al menos- los más religiosos, son personas de gran iniciativa personal.
Y más ahora, en el contexto posterior a la muerte y resurrección de Jesús, somos exactamente iguales. Dios honrará tanto al esposo como a la esposa. Sin embargo, nuestra responsabilidad es tomar el matrimonio en serio y poner una gran iniciativa en nuestra educación, trabajo, relación familiar, así como EN NUESTRO MATRIMONIO.
Por ejemplo, si su cónyuge no tiene educación básica relacionada con el sexo, entonces debe intentar encontrarla. Encuentra un método veraz y también limpio para aprender. Toma una clase en tu iglesia o centro académico.
Sin embargo… por favor, hombre, mujer: no recurra a la pornografía o su relación matrimonial empeorará con el tiempo.
Una relación matrimonial en la que hay madurez, amor verdadero y también comprensión puede ser tan hermosa y traer mucha satisfacción a la pareja en todos los ámbitos. Desafortunadamente, varios problemas quedan sin abordar, o se solucionan a medias, porque no se tiene ese sentido del deber individual. Esto lo que hace es que hace que se hagan aún más poderosos los enemigos del matrimonio.
– ¡Oh sí! Ya entendí que probablemente terminarías criticándome, dijo una sola persona que nos escribió para consultar. ¡Siempre yo, constantemente tengo la culpa de lo que sea!
No se trata de tener una mentalidad de víctima o autocompasión. Si esperas que te dé «palabras mágicas» para impulsar tu matrimonio, tú y yo también entendemos que ese no es el caso. Pertenecer a una iglesia, (sea la que sea), no es garantía de nada. No acabes siendo un individuo «cambiado por Dios», simplemente por entrar en una iglesia.
Tampoco se recupera una relación matrimonial con la sola petición. Es esencial que ambos sean lo suficientemente maduros como para asumir la obligación completa.
NO HAY EXCUSAS. Entre ambos necesitan repartirse de forma sabia las obligaciones. Háganlo, con persistencia y con amor, aunque les lleve años.
Oponente No. 4: no recordar el «ANIMAL».
Tenía la intención de incluir un título divertido para llamar la atención.
La verdad es que de vez en cuando por más orientación, más conferencias, más oración y ayuno; y a pesar de cuánto análisis de la iglesia y de las Escrituras tenemos: a veces (no regularmente, pero a veces) terminamos haciendo cosas aún peores: lo que no agrada a Dios. ¡Oh blasfemia! ¿Estoy diciendo que la oración, el ayuno, la lectura de la Santa Biblia y también la asistencia a la iglesia no funcionan?
NO, digo que A VECES, independientemente de todo lo que hagamos: terminamos haciendo lo incorrecto. Por eso digo tener presente al “animal” … así lo llama el Apóstol Pablo en el Nuevo Testimonio al hombre carnal.
Específicamente si no hemos sido regenerados por Cristo, tenemos ese animal. Es la razón por la que, en ocasiones, parece como si no tuviéramos pensamientos, esperanzas, valores, sentimientos, etc.
Incluya en la parte «animal» la falta de todo lo expuesto, la ausencia de todo cuidado espiritual. El descuido de la educación, tanto básica como conyugal.
¡Imagínense! ¿Has visto hombres y mujeres que no parecen sentir, querer, comprometerse, y no tienen temor de dañar a otros, o a sí mismos? Por favor, si me dices que no es cierto, probablemente tendré que llevarte a un recorrido por algunos lugares en los que he estado.
La parte animal de nuestro ser no es excusa para dejar de trabajar en uno mismo. Te lo comento para que reconozcas de dónde vienen las debilidades. Tenga en cuenta que si cuenta con Dios, entonces reconoce que hay un «maligno» u oponente de su vida espiritual y su matrimonio. Este enemigo del matriminio no es supremo, ni omnipresente (no está en todas partes), ni omnisciente (no sabe nada, no conoce tus pensamientos).
Es cierto que el «Diablo» está buscando a quien devorar. No obstante, para devorar a alguien primero hay que atraparlo, y por eso lo que hace este oponente es producir trampas y dejarlas allí, para asegurarse de que caigas. y en algunos casos sin darte cuenta.
Sus trucos son utilizar la negligencia, el letargo, la pereza, la rabia, el odio, el deseo, la pornografía, la doble vida… somos presas del adversario. Tan pronto como caigas, serás una víctima muy fácil de ser devorada, terminarás con tu vida y tu matrimonio.
Enemigos del matrimonio nº 5: LA RUTINA.
Si bien la rutina es buena en algunos sentidos, porque puede ser saludable: una rutina de ejercicios o cualquier otra que sea saludable… No dejes que la rutina se apodere de tu relación matrimonial, ya que puede arruinarla en poco tiempo.
Durante el cortejo, somos creativos y expresivos en nuestras expresiones de afecto. Una vez casados, sin embargo, la rutina agota nuestra creatividad y convierte nuestra relación amorosa en algo normal, atado a la cotidianidad.
¿Por qué la rutina toma el control en el matrimonio?
De hecho, la rutina es como un cáncer… es un enemigo silencioso, no hace ruido.
Nos acostumbramos a él como si fuera un desafío para nosotros detectarlo, hasta que es demasiado tarde.
Aspectos como: dedicación extrema a lo laboral, cansancio, hijos, deudas económicas, responsabilidades o gastos diarios, etc.
¿Qué hacer para evitar que nuestro matrimonio caiga en una rutina aburrida? Dejen la mala rutina y restablezcan ese fuego que los unió a ustedes.
- Cómprense regalitos sorpresas. Regálense detallitos uno al otro.
- No hace falta esperar una ocasión única, el día a día es especial.
- Hay que hacer a la otra persona se sienta querida y necesitada.
- Envíale un mensaje romántico por email o por texto. ¡Sorprenda a su pareja!
Eso fue exactamente lo que hicimos durante el noviazgo, ¿por qué no hacerlo ahora?
Evite a toda costa que la rutina llegue a ser más poderosa que el amor.
Adversario No. 6: Exceso de trabajo
El exceso de trabajo y también el cansancio físico son dos adversarios cuidadosamente relacionados.
El exceso de trabajo prevalece la mayor parte del tiempo. Para la gran mayoría de las parejas es difícil llegar a fin de mes. El problema es aún mayor cuando la pareja aún no ha terminado sus estudios.
Estar casado, trabajar, estudiar y tratar de que la relación funcione será un dolor de cabeza si no se está organizado.
¿Cómo se puede contrarrestar el exceso de trabajo?
1- Llame a su pareja de vez en cuando durante el día. Una vez es suficiente, le harás saber que está presente.
2- Si aún no has terminado tus estudios, organiza tu tiempo. Esto es lo único que te asegurará el éxito.
3- Organiza tu familia. Un hijo necesita mucho tiempo y dedicación: trabajar, investigar y hacer tareas para un proyecto, tener un hijo…. no te permitirá invertir tiempo de calidad en tu familia.
4- Si sólo uno de ustedes trabaja, deja que el otro compañero se dedique a otras cosas. En ocasiones, cuando uno de los miembros de la pareja no trabaja, tiene más tiempo para ocuparse del otro.
5- Trate de mantener su amor activo. Es esencial trabajar, sin embargo, debes programar tiempo para estar con tu pareja.
Enemigo del matrimonio nº 7: el desempleo
No hace falta investigar mucho para demostrar que la falta de trabajo afecta negativamente a la relación matrimonial. Es sabido que la falta de trabajo produce estrés entre el cónyuge que trabaja y el que no trabaja. Lamentablemente, el estrés y la ansiedad aumentan cuando ambos cónyuges están sin trabajo.
Unidos como pareja, con la esperanza puesta en Dios de que pronto la situación se transformará.
También podemos añadir que cuando uno de los cónyuges se queda en casa, la pareja sin trabajo puede volverse excesivamente celosa, considerando que su mente estará ciertamente habitada sólo en el pensamiento de lo que él o ella estará haciendo.
Para afrontar el dilema del matrimonio es esencial estar unidos en el amor de Dios. Las parejas que reconocen esto son mucho más funcional en la búsqueda y también en el descubrimiento de soluciones.
Nuestro propósito es que te levantes y veas si alguno de los «enemigos» que hemos mencionado te está influyendo.
Enemigo No. 8: Toma de Decisiones Apresuradas
Cuando un hombre y una mujer se unen en una relación matrimonial es porque han decidido vivir juntos. Las acciones de uno perjudican o benefician directamente al otro.
No te apresures a tomar una decisión sin consultarlo con su cónyuge puede ser devastador para su relación matrimonial. La toma de decisiones, generalmente, se realiza de acuerdo con lo que la pareja considera su “libertad”.
¿Cómo podría mejorar la toma de decisiones en mi relación matrimonial?
La realidad es que no hay escuela para las relaciones matrimoniales. Este trabajo de preparación nos lo ofrece la vida, las experiencias obtenidas, etc.
¿Qué preparación reciben las parejas al casarse? Algunos optan por tomar cursos prematrimoniales, que son muy prácticos, sin embargo, la gran mayoría se casa sin preparación. Reconocer las razones del problema puede ayudar.
Las causas fundamentales de la toma de decisiones precipitadas son:
1- Egoísmo.
2- Escepticismo, la desconfianza.
3- Poca o inadecuada interacción entre la pareja.
4- Preocupación por lo que seguramente pensará el otro de nuestro concepto.
5- Irresponsabilidad.
6- Sentimiento incorrecto de la realidad y suponer que las cosas nunca fallarán.
7- Descuidar las repercusiones de una mala elección y reincidir una vez más.
8- No desarrollar pautas claras antes del matrimonio.
9- Inseguridad.
10-Exceso de confianza en sí mismo.
11- Ser demasiado espontáneo. No planificar nada
Estas son solo algunas de las causas que conducen a una toma de decisiones precipitada. Aprender a dialogar con nuestro compañero es fundamental para tomar buenas decisiones. Busca siempre el equilibrio, tómate tu tiempo, examina antes de decidir, busca el consejo de una persona que supongas reconoce mucho mejor que tú en el tema y, por favor, habla con tu pareja.
Oponente No. 10: La mentira es uno de los más poderosos enemigos del matrimonio
Hasta ahora hemos visto a algunos opositores al matrimonio. A continuación, nos ocuparemos de un oponente peligroso adicional: la mentira.
Probablemente piense que su relación matrimonial va bien porque su cónyuge o pareja no le miente. Sin embargo, probablemente esté equivocado, porque no solo es infiel y también esconde cosas que se denominan ‘mentiras’ en la relación matrimonial:
Asimismo, exagerar una verdad con el fin de engañar o desencadenar una acción en contra de los intereses de la audiencia es una MENTIRA. Así que recuerda que las mentiras se expanden y se esparcen como células cancerosas silenciosas; Tal vez los estés viviendo ahora y no te hayas dado cuenta de que tu matrimonio existe.
Oponente No. 11: Hacer trampa
Este es otro de los enemigos del matrimonio altamente letal para las relaciones matrimoniales. La infidelidad es uno de los principales factores de separación. Daña la confianza entre los amantes y socava la estructura de cualquier tipo de asociación.
¿Por qué algunas parejas son desleales?
Las relaciones extramatrimoniales son el resultado de un dilema matrimonial. Algunas parejas se traicionan porque sienten que su conexión no está a la altura de las expectativas. La pareja realmente puede sentir la necesidad de mejorar la necesidad de sexo, inteligencia, sentimientos, etc. con una relación adicional.
Otros factores para la infidelidad:
– Siente disminuido el valor de.
– Régimen.
– vida sexual insatisfactoria.
– Intervención de terceros.
– Mal uso del poder.
– Pareja extremadamente liberal.
– Búsqueda de nuevas sensaciones o aventuras.
– Falta de comunión con Dios.