Sabemos muy bien que la oración es poderosa. Sabemos que funciona, pero ¿por qué Dios no contesta tu oración? Sabemos de personas que duran días, meses e incluso años para ver una oración contestada. ¿Por qué ocurre esto? ¿Debería animar a otros a orar? Claro que sí. Mejor todavía, comparta el mensaje de salvación de Cristo e invita a las personas a arrepentirse y a confiar en nuestro Señor Jesucristo. Apartarse del pecado es un mandato divino, además, Cristo es el camino para llegar a Dios, y luego, gracias a su sacrificio la oración se convierte en nuestro acceso directo a Dios.
¿Sus oraciones no están siendo contestadas? Considere estas posibles razones:
1. La respuesta de Dios puede ser diferente a lo que tú quieres.
Podrías estar orando por un esposo, un trabajo que ha estado esperando, o la curación de un ser querido enfermo. ¿Por qué Dios no te daría todas estas cosas si son buenas ante los ojos del hombre? Porque, aunque sientas que es bueno para ti estar casado, o estar trabajando en un trabajo que te gusta, que disfrutas o que su ser querido sea sanado: el plan de Dios para ti puede diferir. Sólo porque algo nos hace felices no significa que sea bueno para nosotros, eternamente. Y Dios tiene en mente lo mejor para nosotros, pues Su voluntad es perfecta.
En Mateo 7:11 Jesús dijo: «Si vosotros, pues, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas dádivas a los que se las pidan?
2. No es el momento correcto.
Dios básicamente tiene tres respuestas. Sí, no, y espera. Porque Él puede ver lo que es mejor para nosotros, debemos confiar en Su juicio. No debemos dudar de Él. Su tiempo siempre es mejor que el nuestro. Si estás viviendo en la fe y lo que estás pidiendo es algo que Dios quiere que tengas, de acuerdo con el Salmo 84:11: Dios te lo dará en el momento indicado, por lo que puede retenerlo simplemente porque no es el momento.
Conozco casos de personas que han debido de pasar por ciertos procesos para su edificación. Y es precisamente cuanto pasa por todas esas circunstancias que entienden en realidad cuál es el propósito de Dios para ellos en sus vidas.
3. Pedís y pedís mal…
Dios escucha la oración del esposo cuando este pide correctamente.
«Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo (1 Pedro 3:7)».
Obviamente, si estás haciendo lo contrario y estás tratando a tu pareja mal o pidiendo cosas que no están de acuerdo con el diseño divino como pareja… Estás perdiendo el tiempo con tus oraciones.
4. Dios tiene algo mejor para ti que lo que estás pidiendo
Esa podría ser una razón muy simple, pero muy común. A veces estamos pidiendo algo y en realidad Dios tiene planeado para nosotros algo mucho mejor, y nos desesperamos y creemos que es que Dios no nos escucha. Piénsalo, Dios es bueno y sabe lo que es mejor para nosotros. A veces Dios dice que NO o simplemente nos cierra una puerta porque tiene algo mejor para nosotros que ni siquiera hemos pensado en pedir. Dios es infinito, puede hacer algo inimaginable, inigualable por ti. «Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros» (Efesios 3:20).
Confía en Su tiempo. Confía en Él cuando te dice que «no». Y confía en que Él sabe lo que es mejor para ti.
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5. EL SEÑOR NOS DICE QUE LE DEMOS NUESTRAS PREOCUPACIONES.
No importa cuán sombría sea tu situación, deposita tus cargas, tus ansiedades en Él. Todo lo que te preocupa, aunque las circunstancias parezcan salirse de control, no lo están. Dios tiene control de todo, hasta de las hojas que caen de los árboles o cuántos cabellos tienes en tu cabeza. El hecho de que Dios no conteste tu oración no quiere decir que no te escucha.
Así que, cuando el mundo parece desmoronarse, no te preocupes. Ese es precisamente el momento en el que debes estar agradecida, agradecido de conocer a Dios. El Señor está cerca, «Por nada estéis afanosos, sino que, en toda oración y ruego, con acción de gracias, sean conocidas vuestras peticiones a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús» (Filipenses 4:6-7).
Recuerda que no es por tu fuerza, es por Su gracia.