Mujer prueba con los girasoles de su jardín que lo dicho en el Salmo 69: 34 es cierto.

¿Las plantas tienen emociones, pueden emitir sonidos? Cuando, Lyall Watson, un botánico sudafricano, afirmó en 1973 que las plantas tenían emociones que podían registrarse en una prueba de mentiras, fue rechazado por muchos miembros de la comunidad científica.

No obstante, una nueva investigación publicada en la revista Trends in Plant Science ha demostrado que las plantas no solo responden a los sonidos, sino que también se comunican entre sí generando sonidos de «clic».

Usando potentes altavoces, los investigadores de la Universidad de Australia Occidental pudieron escuchar los chasquidos (clics) de las raíces de los brotes de maíz.

 

Investigadores de la Universidad de Bristol también encontraron que, si suspendían las raíces jóvenes en el agua y reproducían un sonido continuo a 220 Hz, una frecuencia similar a los clics de la planta. Sorprendentemente, estas crecieron hacia la fuente del sonido.

«Todos saben que las plantas reaccionan a la luz y que también usan productos químicos volátiles para comunicarse entre sí, por ejemplo, cuando hay peligro», dijo el Dr. Gagliano en un comunicado de prensa de la universidad.

Pero un día, mientras trabajaba en su jardín, el investigador se preguntó si «las plantas también podían ser sensibles a los sonidos», por lo que decidió investigar.

Los científicos sugieren que el sonido y la vibración pueden desempeñar un papel vital en la supervivencia de las plantas al proporcionarles información sobre el entorno que las rodea. Dijeron que las ondas de sonido podían transmitirse fácilmente a través del suelo y usarse para detectar amenazas como la sequía de sus vecinos más distantes.

Pero aún más increíble es el caso de una mujer que, con su teléfono y un micrófono, fue capaz de grabar el sonido emitido por los girasoles plantados en su jardín y quedó intrigada por los resultados. Los sonidos que podía escuchar eran muy melodiosos; Era como el sonido que se produce al frotar el dedo contra el borde de un vaso de agua. Algo majestuoso, parecido al sonido de un arco contra las cuerdas de un violín. ¡Algo verdaderamente impresionante!

Gagliano expresó que los últimos hallazgos muestran el asombroso papel que desempeña el sonido en las plantas, y el cual no se ha investigado a fondo, «lo que conduce a grandes brechas en nuestra comprensión actual de la complejidad sensorial y comunicativa de estos organismos».

Qué bueno saber que nuestro Padre Celestial les ha dado a las plantas una voz para alabarlo.

«Alaben los cielos y la tierra, los mares y todo lo que se mueve en ellos», Salmo 69:34.

 

«¡Que todo lo que respira alabe al Señor!

¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!»

Salmos 150:6

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