La importancia de pronunciar palabras de bendición y no de maldición
Una sola palabra puede construir o destruir vidas. Las palabras tienen el poder de elevarnos o ponernos de rodillas. La forma en que hablamos y usamos las palabras es indicativa de nuestro carácter. También revelan cuánto sabemos de Dios y de Su Palabra.
Palabras malditas
La mayoría de nosotros lo hemos hecho en algún momento de nuestra vida. Puede que hayamos gritado una palabrota por enfado, frustración o incluso para llamar la atención de alguien. Algunas palabrotas son más comunes que otras. Algunas pueden sonar hasta graciosas y muchas otras son más potentes y deben emplearse con precaución.
Hasta me gustaría pensar que no eres de esas personas que dicen malas palabrotas o maldicen todo el día. Es más, este artículo no trata de ese tipo de maldiciones. De hecho, después de estudiar sobre la maldición y las bendiciones en las Escrituras, me di cuenta de que mis hermanos en Cristo y yo maldecimos.
A ver, te explico, según la definición de maldecir en la Biblia, a veces exaltamos a nuestro Dios porque usamos nuestra lengua para bendecir, por eso lo elogiamos.
Sin embargo, cuando usamos nuestra lengua para maldecir a los hombres que han sido creados a imagen y semejanza de nuestro Dios, te parece que eso esté bien?
Pero, analicemos el significado de la palabra maldición. Maldecir no significa blasfemar. Lo que realmente significa es que, la persona que maldice, le desea la ruina a la otra persona.
Palabras de bendición
La mayoría de nosotros ha pronunciado alguna vez palabras de bendición. Puede que hayamos agradecido a alguien un acto de bondad. Puede que hayamos bendecido a un ser querido antes de que hiciera un viaje especial. También puede que hayamos pronunciado una bendición sobre un bebé como parte de una ceremonia especial.
Sin embargo, las palabras de bendición pueden ser mucho más que estos ejemplos. Pueden ser palabras que lleven la bendición de Dios a nuestra vida diaria, a la vida de los demás y al mundo. Palabras que nos ayuden a ver lo bueno en nuestro mundo y en nuestras vidas. Pueden ser palabras que nos ayuden a ver a Dios actuando incluso en nuestro dolor y sufrimiento.
Así es que, como podrás ver… de una misma boca no pueden salir bendiciones y maldiciones.
La perspectiva bíblica de la maldición y la bendición
Continuamos con la perspectiva bíblica sobre estos conceptos que se encuentran en toda la Biblia, desde el Génesis hasta el Apocalipsis. No es de extrañar, dada la importancia del lenguaje en nuestras vidas. Lo utilizamos para muchas cosas: para expresarnos, para compartir nuestros pensamientos y sentimientos con los demás, para enseñar, para aprender y mucho más.
«Hermanos, no hablen mal los unos de los otros. El que habla mal de un hermano o juzga a su hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley. Pero si tú juzgas a la ley, no eres cumplidor de la ley, sino juez de ella» (Santiago 4:11).
Es momento de reflexionar. Tenemos que dejar de decir palabras irrespetuosas, palabras que arruinan las vidas de los demás.
Evitemos hablar sin pensar. Muchos de nosotros esconden sus verdaderas intenciones detrás de una «Critica», que para nada es constructiva. Tan pronto nos molestamos con alguien, hablamos mal de ella. Es más, a veces ni siquiera es necesario estar molesto, hablamos mal de las personas sin ni siquiera conocerlas. Somos prestos a emitir juicios porque » nos late».
De hecho, cada vez que cuentas un chiste degradando a tu pareja, a tus familiares o a tu mejor amigo, es una forma de arruinar la vida de esa persona. Estás maldiciendo a esa persona y ni siquiera te estás dando cuenta de ello.
¿Qué podemos aprender de esto?
Una de las cosas más importantes que podemos aprender de esto es que debemos tener cuidado con las palabras que utilizamos. Debemos ser cuidadosos y conscientes de cómo las usamos.
Debemos recordar que una sola palabra puede tener un poder tremendo. Puede bendecir o maldecir a las personas en sus vidas. Puede levantar o derribar. Debemos recordar que nuestras palabras serán recordadas u olvidadas.
Por eso es valioso que cuidemos nuestra lengua. Es una de las maneras en que podemos mostrar nuestro amor por Dios. Es una de las formas en que podemos mostrar a los demás que los amamos de verdad. Y cuando utilizamos nuestras palabras para bendecir a otros, las estamos usando para glorificar a Dios y para llevar su amor y su luz a nuestro mundo.