Ahora sabemos qué es lo mejor,
seguir tus pasos cada día, Señor.
Ya comprendemos que en ti está lo mejor
y que solo en ti hallamos la vida y salvación.
Ahora sabemos a dónde vamos,
pues tu luz nos ha alumbrado.
Por ello podemos caminar siguiendo tus pasos,
hasta alcanzar todo lo que nos tienes predestinado.
En medio de la tristeza y desesperación, nos llamaste.
Sanaste nuestro corazón y el camino nos mostraste;
cuando estábamos perdidos, tú nos salvaste,
y de las tinieblas hacia tu luz nos llevaste.
Cuando estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, nos diste vida.
Pusiste tu Santo Espíritu en nuestros corazones para seguirte de forma definitiva;
nos mostraste el camino por donde debemos de andar durante nuestra vida,
y nos diste un nuevo corazón el cual te ama y te busca de forma continua.
Nos sacaste de la prisión en la que estuvimos presos.
Nos quitaste las cadenas en los que estábamos envueltos.
Nos acercaste a tu verdad pagando un gran precio
y es por ello que queremos adorarte por ese sacrificio hecho.
Abriste nuestros ojos para ver más allá de la realidad.
Perdonaste nuestros pecados mostrándonos tu fidelidad.
Nos enseñaste que es mejor vivir una vida de humildad
y nos enseñaste la dicha de andar en tu santidad.
Nos llenaste de tu gran amor, el cual no se puede igualar.
Nos llenaste de tu presencia, la cual no se puede comparar.
Pusiste en nuestros corazones una paz que sobrepasa la que en esta tierra hay,
y nos trasladaste desde el mundo de tinieblas a un lugar espiritual lleno de felicidad.
Pusiste nuestros pies sobre roca firme para no resbalar.
Aquella roca es tu palabra la que siempre nos va a guiar,
pues obedeciendo lo que dice la Biblia nos vamos a transformar
hasta llegar a tu plenitud, a personas que vivan una vida de equidad.
Nos has llenado de fe para seguir tus pasos sin dudar.
Nos has llenado de tus fuerzas para seguirte sin desmayar.
Nos renuevas cada día para no volver hacia atrás
y nos has dado armas espirituales para vencer a la maldad.
Al analizar todo esto me doy cuenta que no hay nada mejor que seguirte,
pues al ver todo esto comprendo qué dicha tenemos al servirte,
ya que este privilegio no lo tienen todas las personas que existen:
solo tus hijos tienen el privilegio de servirte.
By: Cristian Flores
