Autocontrol  y dominio propio es lo mismo. Sin embargo pocos lo practican. Mas abajo te dire cual es el indicador de que alguien realmente practica «dominio propio». Autocontrol  significa la capacidad de inspirarnos a nosotros mismos para hacer exactamente lo que necesitamos realizar, o controlarnos para no hacer lo que no debemos hacer. Implica dejar de hacer cosas que los demás ven como malas o muy negativas en nosotros. Por tanto, en lugar de responder a tus impulsos inmediatos, puedes planificar, evaluar tus acciones y contemplar alternativas. Esto es necesario para evitar hacer cosas de las que luego te lamentarás. Por otro lado, a la capacidad que tenemos de autocontrolarnos se llama fuerza de voluntad. Es precisamente esto lo que tenemos que trabajar.

El autocontrol es una habilidad que debemos aprender a controlar desde pequeños, por lo que debes enseñarles a tus hijos a autocontrolarse para que sean mañana adultos más estables emocionalmente, pues como dice el dicho: «Las malas actitudes apestan», y pueden hacer infeliz a cualquier persona.

¿Eres una persona impulsiva? ¿En qué necesitas control? Quizás su mayor problema no es hablar mal de otros o decir malas palabras, quizás su problema sea poder ‘resistirse a las tentaciones’. Tal vez ese pedazo de pastel te está llamando y no puedes decirle que no. Puede que tengas falta de control ante el alcohol o ante la pornografía, etc.

 

«Como ciudad sin defensa y sin murallas es quien no sabe dominarse».

Proverbios 25:28

¿Qué haces para estar preparado para las tentaciones que surgen de repente? Aquí hay un par de consejos:

1. Pida ayuda. Haga que sus amigos le señalen cada vez que pierde el control.

2. Use sustitutos. Si te dan deseos de tomar esa cerveza, entonces  rápidamente pide un vaso de tu jugo favorito. Tenga reemplazos en su mente edificantes que le proporcionen un verdadero placer.

3. Piensa en las consecuencias de tus propias acciones.

4. Intenta relajarte. La fuerza de voluntad se reduce cuando estás estresado. Cierra los ojos e inhala profundamente tres veces.

5. Descubre algunas de las causas de tus propias tentaciones y lidia con ellas. Para mucha gente, el aburrimiento puede dar lugar a una variedad de formas tontas de buscar «emoción».

6. Fortalezca su voluntad pidiéndole ayuda a Dios. Él te escucha y Él ha dicho en su Palabra que, quien pida, Él le dará. Haz con mucha fe la siguiente oración para obtener autocontrol:

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Breve oración por autocontrol

Señor, te doy gracias por este día en el que me das otra oportunidad de venir ante tu presencia. Padre, te confieso que no tengo el control de mis actos ni de mis palabras. Te pido perdón por todas las palabras dañinas y negativas que he dicho sobre otros y sobre mí.  

Señor, yo sé que de la abundancia del corazón habla la boca, ayúdame a atesorar en mi corazón las cosas que producen el bien. Quita de mí toda maldad y dame un corazón nuevo que no se deje dominar por el mal. No quiero seguir viviendo de esta manera. Transforma mis pensamientos, concédeme una lengua, una mente y un corazón agradables para Ti para que yo pueda ver y dar bondad, en lugar de herir a quienes amo.

Ayúdame a cambiar mis malos hábitos, por lo que a partir de hoy solo usaré mi lengua para bendecir,  para edificar, para reflejar a todos que Tú vives en mí.

En el nombre de Jesús, amén.

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El indicador más fuerte de que alguien realmente práctica autocontrol  es: Que puede controlar su lengua, las cosas que habla.

¿De qué sirve que alguien controle su cuerpo, y pueda ayunar por 20 días seguidos si no puede controlar su lengua?

¿Cuántas personas «famosas» hemos visto, con cuerpos musculosos y esculturales producto de gran control en dieta o ejercicio, pero que terminan perdiendo sus trabajos o familias por una estupidez que dicen, o que de hecho se la pasan hablando tonterías?

¿Te digo a que le debes de temer? Huye si ves esto: Un líder, o dizque líder, que no cuida su lengua.

Es lo peor, es una bomba satánica. Muchos serán heridos, y créeme, que la  lengua puede matar con cosas mal habladas o mal dichas, o dichas con la intención de matar.