Dios te habla y te dice: «Hoy estoy aquí para recordarte que no importa cuánto tiempo pase o cuán exitoso llegues a ser, siempre estaré ahí para apoyarte.»
¡Es maravilloso que estés aquí compartiendo reflexiones edificantes con nosotros! Hoy quiero hablar sobre una situación que seguramente has presenciado en numerosas ocasiones. Me refiero a la tendencia que algunas personas tienen de entregarse por completo a la oración y la adoración cuando enfrentan graves problemas. Sin embargo, después de que Dios resuelve sus dificultades, se alejan…
Amigos y amigas que nos leen, es fácil perderse en la emoción de alcanzar nuestros objetivos, pero quiero asegurarte que Dios no va a ninguna parte. Él recuerda claramente todos los momentos difíciles que atravesaste mientras confiabas en Su compañía, y es por eso que desea estar contigo también para celebrar tus victorias. Así que, no te olvides de Dios cuando obtengas lo que tanto has pedido.
Es fácil olvidar.
Sin duda, es muy fácil olvidar, especialmente cuando finalmente recibes lo que tanto anhelabas. Es importante que no descuidemos a Dios, ya que a menudo, cuando obtenemos lo que deseamos, nos olvidamos de agradecer a Quien nos ha otorgado ese regalo, una bendición que de otra manera sería imposible de recibir. Nos dejamos llevar por la emoción del momento y dejamos de orar y de buscar la presencia de nuestro Dios.
No permitas que eso te suceda a ti. Recuerda que Dios es quien te ha proporcionado todo lo que posees, y es esencial continuar orando y buscar de Su presencia. Él siempre estará a tu lado, guiándote y protegiéndote en cada paso que des en la vida. Así que, no te preocupes, sigue adelante y mantén a Dios en tu corazón en todo momento, tanto en los momentos difíciles como en los momentos de alegría.
El enemigo busca a aquellos que olvidan a Dios.
Es fundamental que nunca olvidemos que aquellos que intentan alejarnos de Dios están siempre al acecho. Su objetivo es muy claro: hacerte olvidar que en el pasado pasaste mucho tiempo pidiéndole a Dios un milagro. Aunque es cierto que, cuando llega la bendición, estamos tan felices que a veces olvidamos agradecer, el peligro de dejar de orar, alabar y permanecer en la presencia de Dios es real. Por tanto, debemos estar siempre alerta y nunca olvidar a nuestro Padre celestial.
Recuerda que cada día es una nueva oportunidad para agradecer y pedir la ayuda de Dios. No importa cuánto tiempo haya pasado desde que recibiste tu bendición; lo importante es que sigas confiando en el Señor y nunca pierdas la fe. Dios siempre está contigo, cuidando de ti. Confía en Su amor y sabiduría, y no te dejes llevar por aquellos que desean apartarte de Su luz. Recuerda que el enemigo quiere verte derrotado, pero con la ayuda de Dios, podrás superar cualquier obstáculo y seguir tu camino en paz y en armonía con el Señor. ¡Ánimo y sigue adelante!
