Si Dios es un Dios bueno, ¿por qué existen el dolor y la maldad?

Esta es una gran pregunta que hasta este día muchos cristianos se plantean, pero en general este es un argumento que utilizan los mundanos y ateos para afirmar que no existe un Dios; pues consideran que si existe un Dios bueno es ilógico que existan las cosas malas.

Pero en este día te explicaré de manera sencilla este asunto. Mencionaré unas cosas bastante importantes, así que les pido que pongan mucha atención:

 

1) LA MALDAD, EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO SON CONSCIENCIA DE NUESTRAS DECISIONES.

He oído muchas veces a personas decir que es necesaria la existencia del mal para que haya equilibrio. Esas personas dicen que esta es la manera en que todo puede mantenerse en completo orden, lo cual es totalmente FALSO.

Esta explicación es totalmente absurda, pues Dios no necesita que nadie le controle ni le ponga límites, pues si existiera alguien que le ponga límites, entonces, Dios no sería un Dios Todopoderoso.

La razón de la existencia del sufrimiento, el dolor y la maldad consiste en que, existiendo un Dios bueno, los seres humanos rechazan a este Dios bueno y prefieren vivir aferrados a sus propios deseos, convirtiéndose víctimas de sus malas decisiones.
La razón por la que existe la maldad, el sufrimiento y el dolor es consecuencia de las decisiones que el mismo ser humano toma dentro del libre albedrío que Dios le ha dado.

Las personas no tenemos libre albedrío para elegir a Dios, pues es Él es quien nos llama. Sin embargo, la persona tiene libre albedrío moral. Es decir, sí tiene la libertad de elegir lo que considere que está bien o lo que está mal. No obstante, siempre elije según sus propios deseos, su propia concupiscencia.

“Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica” (1 Corintios 10:23).

Dios nos ha dado la libertad de hacer lo que queramos, cuándo queramos y cómo queramos. Por eso dice: “todo me es lícito”, pero tenemos que tener en cuenta que nuestras acciones tendrán sus respectivas consecuencias y si las cosas que hacemos son malas, pues las cosas que nos sucederán como consecuencia serán malas también. Es por eso por lo que “no todas las cosas te convienen”. Por tanto, la decisión está en ti y es decisión tuya elegir qué quieres para tu vida.

Por ejemplo, cuando dos jóvenes que aún están estudiando en un día de desenfreno y bebidas terminan teniendo relaciones sexuales y, por esta razón, ya no pueden terminar sus estudios, sino que empiezan a dedicarse a trabajar como puedan y con el pasar de los años se dan cuenta de que viven en medio de la pobreza y no pueden darle a su hijo lo que necesita.

¿CULPARÁN POR ESO A DIOS, DIOS FUE MALO CON ELLOS? Dios no fue malo con ellos, ellos hicieron lo que quisieron y tuvieron que afrontar las consecuencias de sus propios actos, pues lo que Dios quería es que primero acaben sus estudios, tengan una profesión y luego se CASEN para que así puedan tener hijos; POR ESTA RAZON, DIOS CREÓ EL MATRIMONIO.

Otro ejemplo: Cuando un hombre decide ir a jugar a un casino y en medio del juego apuesta todo el dinero que tiene ahorrado y luego de perderlo se da cuenta que está en la absoluta miseria…¿CULPARÁ A DIOS POR HABER SIDO MALO CON ÉL? El problema fue suyo por gastar su tiempo en cosas que no valen la pena, por meterse en vicios que no le edifican; pues Dios no quería esto para su vida.

Si continúo mencionándote ejemplos, tal vez nunca terminaría, pues todo lo malo que sucede no es culpa de Dios, sino de nuestras malas decisiones. A continuación, te citaré un texto bíblico para que medites en este día, este pasaje expresa claramente lo que Dios nos propone a todos los seres humanos.

 

“A los cielos y a la tierra llamó por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la VIDA y la MUERTE, la BENDICIÓN y la MALDICIÓN; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, ATENDIENDO a su VOZ, y SIGUIÉNDOLE a él; porque él es VIDA para ti, y prolongación de tus días…” (Deuteronomio 30:19-20).

Yo te aconsejo elegir a Dios, pues solo él te guiará a tomar las decisiones correctas para que todo te vaya bien.

 

2) LA EXISTENCIA DEL MAL ES LA AUSENCIA DEL BIEN.

Dios no creó nada malo, de hecho su creación fue totalmente buena, pues durante los días de la creación de la Tierra, Dios repitió una y otra vez que “Todo era bueno”.

Por ejemplo: “Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y VIO DIOS QUE ERA BUENO” (Génesis 1:21).

Te lo podría decir de este modo: Dios es como una luz inmensa y donde está su luz no puede existir tinieblas (maldad), como cuando de noche enciendes una lámpara es alumbrado todo el lugar en el cual lleguen sus rayos de luz.

Pero así como se mantendrá oscuro aquel lugar donde no llegue la luz de la lámpara, también se mantendrá en tinieblas aquel lugar donde no llegue la luz del Señor; pues desde un principio Dios quiso ser la luz de todo, pero muchos decidieron alejarse de esta luz, y fue la falta de luz la cual produjo oscuridad en estos.

“En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella” (Juan 1:4-5).

Las tinieblas nunca podrán vencer a la luz, pues toda tiniebla que es expuesta ante la luz desaparece. Así mismo, el mal nunca vencerá al bien, pues el bien de alguna u otra forma siempre triunfa. Así que, si tú buscas hacer lo correcto, ten por seguro que siempre todas las cosas te saldrán bien.

 

3) DIOS QUIERE LO MEJOR PARA NOSOTROS.

A pesar de que muchos viven culpando a Dios por las cosas malas que les pasan, aunque estas cosas han sido solo consecuencias de sus malas decisiones, Dios quiere para todos ellos lo mejor y, por esta razón es que Dios busca siempre que estas personas dejen de lado sus pensamientos erróneos, cambien su manera de pensar e intenten hacer las cosas que Dios quiere que haga, pues solo así todas las cosas les saldrán bien.

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la BUENA voluntad de Dios, AGRADABLE y PERFECTA” (Romanos 12:2)

Y aunque todos nosotros tenemos buenos planes para nuestros futuros y anhelamos conseguir cosas muy importantes, Dios desea cosas mucho mejores para nosotros, debido a que su voluntad es mucho mejor que la nuestra.

“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.

Como son MÁS ALTOS los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55:8-9).

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