¿Qué es una mala actitud?
Una mala actitud es una forma de responder a situaciones o estímulos de forma negativa. Esto puede significar expresar malhumor, resentimiento, hostilidad y críticas destructivas hacia otros o la propia persona. Es importante tener en cuenta que una mala actitud no solo es creada por usted mismo; también puede ser algo transmitido desde el entorno social, la cultura o los medios de comunicación.
Asimismo, esta conducta se manifiesta principalmente con pensamientos negativos y recurriendo a comportamientos agresivos para buscar soluciones rápidas a problemas complejos sin considerar las repercusiones. Es decir, las personas con mala actitud piensan en función del ahora sin considerar totalmente el futuro ni la probabilidad de éxito. Están ofuscados por palabras ásperas e incontrolables con altibajos emocionales que son difíciles de controlar.
Detrás de una mala actitud se puede esconder un temor
Un individuo con una mala actitud suele tener pensamiento depresivo y retraerse frente a los demás debido al temor al rechazo social causado por su tendencia a mostrar disgusto ante todas las situaciones. Se vuelven expertos culpables, creyendo que todos los errores son responsabilidad del resto exceptuando así sus propias acciones/omisiones erróneas lo cual contribuyen a fortalecer estructuras defensivas para proteger su autoestima dañada fruto del entorno en el cual ha transitado durante mucho tiempo.
De hecho, puede desencadenar muchos problemas que podrías evitar con tan solo cambiar amar a tu prójimo como a ti mismo. En varios de nuestros artículos hemos abordado el tema del respeto hacia los demás como pilar fundamental de una convivencia pacífica. Con respecto a nuestra fe, Dios nos enseña a través de su palabra y de actitudes de los discípulos cómo debemos tratar a nuestros semejantes. En este sentido, es importante recordar cómo actitudes tan sencillas como el respeto nos permiten llevar una vida con menos conflictos y más paz.
En esta nota, exploraremos cómo el respeto hacia los demás es una enseñanza divina y cómo podemos poner en práctica este valor cada día.
La historia de Susi:
Una mala actitud puede afectar negativamente tu vida y la vida de otra persona inocente. Te presentamos la historia de Susi, miembro activa de esta comunidad DiosEsBueno.com
Susi trabaja como supervisora en un supermercado de su ciudad. A pesar de ser madre soltera con tres hijos y una madre enferma, ella se esfuerza por llegar a fin de mes y mantener a su familia a flote. Pero recientemente, tuvo una experiencia muy desagradable que le hizo cuestionarse sobre lo complicada que la vida puede ser para muchos que solo quieren llevar el pan a sus mesas.
Un día un cliente solicitó un producto que estaba bajo llave en la tienda. Era el protocolo: los clientes pedían lo que querían y Susi solo tenía que llevarlos a la caja correspondiente para que pagaran por ellos. Esta vez, sin embargo, el hombre exigía obtenerlo inmediatamente sin pasar por el proceso establecido; estallando en ira mientras amenazaba con tomarse justicia propia si no era atendido inmediatamente. No solo eso, le arrebató de mala forma el artículo a Susi. Esta agresión física la impactó. Pero antes de que Susi pudiera actuar o decir algo, otros miembros del personal intervinieron para calmarlo antes de que las cosas se salieran de control.
Susi no estaba sola
Afortunadamente, después del incidente nada peor sucedió gracias al equipo increíblemente solidario del supermercado y los demás compradores, quienes le ofrecieron ayuda moral a Susi durante aquel momento tan crudo e incómodo para ella. Mostrándole amabilidad y apoyándola hasta regresar tranquilamente a su puesto de trabajo completamente intacta física y mentalmente. Desde entonces, sus compañeros hicieron todo lo posible para animarla y recordarle siempre lo fuerte, valiosa y única que es. Pues esta guerrera, después del trabajo, debía buscar a su madre, quien, al otro día temprano, debía darse un tratamiento de quimioterapia.
¿Puedes imaginar en el estado de nervios que se encontraba la pobre Susi? ¿Crees que esta persona, de imaginar que quizás esta mujer estaba teniendo un mal día, hubiese actuado de otra forma? Posiblemente, el enojado cliente también se encontraba pasando por una situación que humanamente, no podía manejar. ¿Tienes idea de cómo presentarle a una persona de mala actitud la luz de nuestro Señor?
La Biblia nos enseña cómo mejorar nuestra mala actitud
- Una de las principales enseñanzas de la palabra de Dios es el amor al prójimo. En este sentido, Jesucristo nos enseña cómo debemos tratar a los demás, independientemente de su condición social, racial o económica. En sus sermones, se hace evidente cómo su mensaje de compasión y amor se dirigía a todos los seres humanos por igual. Esto significa tratar a todos con el mismo respeto, una actitud que puede tener un impacto positivo en nuestras relaciones interpersonales.
- Otro aspecto importante de ser respetuosos con los demás es reconocer que todos somos iguales ante los ojos de Dios. Si bien es cierto que cada persona tiene su propia personalidad y peculiaridades, debemos recordar que todos merecemos el mismo grado de amabilidad y consideración. No importa cuál sea nuestro status social o nuestra posición económica, el respeto hacia el otro es algo que siempre podemos ofrecer y que nunca está de más.
- Parte del mensaje de Dios también nos recuerda que no debemos juzgar a los demás. Si queremos practicar el respeto hacia nuestros semejantes, debemos tener presente la importancia de no hacer prejuicios o juicios basados en las vestimentas, el dialecto o la apariencia física. La verdadera riqueza de las personas se encuentra en sus acciones, pensamientos y valores, no en su apariencia.
- En la práctica, en nuestra vida cotidiana, el respeto hacia los demás puede expresarse de distintas maneras: a través de las buenas maneras, mostrando interés genuino por los demás, evitando ofender a los demás y moderando nuestro discurso. También debemos tener en cuenta que el respeto hacia los demás también implica hacernos responsables de nuestras acciones. Si en algún momento lastimamos a alguien de manera intencional o no, es importante pedir disculpas y tratar de remediar la situación.
- Por otro lado, ten cuidado con las críticas constructivas. Este supuesto análisis positivo es un engaño, pues no tienes por qué reducir agresivamente la autoestima a una persona para que tu ego crezca. Luego le dices que es por su bien y que le amas, cuando la realidad es que querías pisotear a esa persona porque, según tú, se lo merecía. Esto Jesús jamás lo haría. Debes preguntarte, ¿cómo actuaría Jesús en esta situación?
Conclusión:
En la vida es crucial no olvidarnos del valor que tiene el respeto hacia los demás. Como hemos mencionado anteriormente, esta es una enseñanza divina que debe guiar nuestras acciones y nuestras relaciones con los que nos rodean. Recordemos que, aunque todos somos diferentes, merecemos ser tratados con la misma bondad y consideración que se merecen todos los seres humanos. Y así, podremos construir un mundo más justo, armonioso y lleno de amor.
Si te ves involucrada en una situación similar a la de Susi, debemos tratar de reaccionar como lo haría Jesús.
- Primero, aceptar esa sorpresiva realidad que se te presenta.
- Segundo, no reaccionar.
- Tercero, cambiar. Es decir, actúa como nuestro Señor lo haría, no como lo harías tú, que de seguro serpia lanzarle un comentario mordaz, una palabra corrompida, un golpe o algo parecido. En cambio, una palabra amable quita la ira, más la palabra áspera hace subir el furor.
Dios te bendiga