Cómo ser feliz plenamente, seguramente a lo largo de la vida, te has hecho esta pregunta y propuesto otras grandes cuestiones de la vida. Graduarte, encontrar el mejor empleo, tener bienes, viajar, entre muchas otras. Creyendo que alcanzar el éxito, te haría sentir totalmente pleno.
Sin embargo, hay algo dentro de ti que busca descubrir algo más, algo que no ves, pero que deseas sentir. En tu interior existe el anhelo de levantarte cada día y sonreírle a la vida, de tal manera que contagies a los demás el entusiasmo con el que vives.
Hay quienes que, después de tener todo lo material, no se sintieron llenos de la gracia que esperaban y empiezan a buscar en otras personas, lo que aún no logran. Cuando en realidad, solo nosotros tenemos el poder para encontrar esa paz tan anhelada.
No se trata de alcanzar riquezas, ni mucho menos de aferrarse a un amor, es cuestión de sentirte bien y de estar bien con lo que tienes. Se trata de tener amor propio y darlo a los demás, no quedarse con todo para sí.
Juan (3:16):“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda más tenga vida eterna”. En este fragmento, claramente se puede notar, que el sacrificio del Hijo de Dios prometía una ganancia, y fue la razón de su pasión al morir en la cruz por nuestros pecados.
¡Amate, y verás la gracia de ser feliz!
Cuando dejamos que la vida nos lleve a su ritmo, perdemos el sentido y la dirección para hacer las cosas. Los afanes hacen que dejemos de interesarnos en lo personal y creemos que, si mantenemos el control de lo externo, lograremos paz interna.
Tener estabilidad económica y material, no es significado de equilibrio emocional, es por eso que, aunque te sientas exitoso, siempre debes alimentar el alma, nutrirte de esa gracia que viene de lo alto, para lograr la plenitud.
A veces se hace necesario, dedicar un tiempo a restaurar el ánimo, hacer cosas simples como dormir, leer un libro, caminar o meditar son actividades que van desahogando nuestra mente de toda la carga que llevamos.
Grandes personajes de la historia, consagraron sus vidas a agradar a Dios, manteniendo una constante conexión con el Padre que está en los cielos. Daniel, se postraba a orar y adorar por horas, sin temer lo que pudiera acontecer a su alrededor, pues su confianza estaba a cargo del que promete amarnos hasta el fin.
Por eso, es hora de que dediques tu mejor tiempo a ti, a las cosas que verdaderamente le dan sentido a vivir. Dios promete bendecirnos y prosperarnos en todos los sentidos, solo debemos buscarle y cumplir sus mandamientos. Amarnos y amar al prójimo como a sí mismos es otro secreto para ser feliz.
La bondad restaura, ¡Aplícala para ser feliz!
Cuando creemos que un ser divino, oye nuestras súplicas, en nuestros ruegos pedimos misericordia ante los problemas e imploramos piedad ante las pruebas, pues sabemos que el amor infinito de Dios, aboga por nosotros. Así, él espera que seamos con nuestros semejantes, compasivos y generosos.
Hay momentos en que carecemos de afecto, podemos poseer fortunas, pero nuestro corazón está vacío. Jesús no tuvo riquezas, pero se mantuvo íntegro, dio sin medidas y obtuvo el galardón de la vida.
En ocasiones hacemos cosas que parecen vanas, pero que nos llenan el alma de regocijo. Es por eso que te animo a ayudar al quebrantado, sé el complemento de Dios en esta tierra.
Sin mirar a quién, da lo que tengas, una sonrisa, un consejo, un abrazo, alimento, ropa, calzado. Sentirás el alma viva, tu mente y corazón satisfechos, recibirás infinitas bendiciones y pensarás que lo has logrado, dirás, alcance la meta, ser feliz.