1 de Pedro 5: “7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”.
Una de las enfermedades que más nos persiguen en este siglo es la ansiedad. Esa preocupación constante y miedo excesivo que nos hace muchas veces dudar de la palabra de Dios.
La ansiedad, la gran mayoría de veces, nace de procesos difíciles que te ha tocado vivir, o de experiencias que has considerado como frustrante. Sin embargo, ese enorme peso de ansiedad nunca nos corresponde.
Así es, esta tiende a robarnos los mejores momentos, nos quita la paz, llena nuestra boca de quejas y nos hace vivir tormentos en nuestra vida. Pero tenemos un Dios que no se le escapa nada, por eso en su palabra él nos asegura estar pendiente de nosotros.
Echa tu ansiedad en manos de Dios
Antes de vivir una vida en preocupación y ansiedad, debemos acercarnos a Dios, y echar sobre él todo aquello que nos preocupa, porque él nos asegura estar siempre al pendiente de nosotros.
Ahora bien, seguro te preguntarás: ¿Cómo puedo ser libre de la ansiedad?, la respuesta es sencilla y la podemos conseguir en la biblia.
Ten una vida de oración y deja de “preocuparte”
No hay nada mejor que acercarnos a Dios en oración, presentando nuestras cargas y nuestras luchas, y permitir que sea Él cuidando nuestras vidas.
La Biblia dice en Filipenses 4: 6Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.
Este es un versículo clave para nuestras vidas, el apóstol Pablo nos enseña por medio de este pasaje, como debemos caminar para estar libre de ansiedad.
Entonces, ¿Qué debes hacer?
Lo primero, es dejar de angustiarnos. Dejar a un lado la preocupación sin sentido, dejar de pensar en el mañana sin primero vivir el día de hoy. Lo segundo es, presentarnos delante de Dios con oración, súplica y gracia.
Cuando entendemos que nuestra vida está en manos de Dios, podremos soltar la ansiedad. Solo comprenderemos que la mejor forma de evitar que este sentimiento nos gobierne, es acercándonos a Dios con toda oración.
Antes de angustiarnos, debemos primero presentar nuestras peticiones delante de Dios, la oración es clave cuando vivimos episodios de ansiedad, preocupación o estrés.
El Salmo 34 en el versículo 4 dice:
4 Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores.
Es decir, la única forma de ser librados de angustia, temor, depresión o ansiedad, es teniendo una búsqueda genuina hacia Dios. Es presentarnos delante de él cada día con aquello que nos atormenta o nos roba la paz.
Dios, sí te escucha
No puedes decir que Dios no te escucha si antes no has orado. En tiempo de angustia, el clamor a Dios debe ser incesante; porque no habrá nadie que pueda darte la paz que solo el Señor puede darte.
Por eso la biblia dice, en Mateo 11: 28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Cuando comprendemos palabras como estas, podemos entender que la única forma de alcanzar la paz del Señor es a través de Jesús. Es a él al que debemos dirigirnos para soltar nuestras cargas, para poder gozar de una paz que sobrepasa todo entendimiento y que nos permitirá luchar en las cosas del día a día.
En conclusión
Confía siempre en que Dios tiene el control sobre tu vida y en muchas ocasiones no podemos hacer nada humano para cambiar una situación, pero reposando en el Señor podemos disfrutar de su paz y podrás vivir en plenitud, a pesar de la adversidad.